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Archive for febrero 2018
Kasadya Hellhound Born
Hola!! Les traigo el decimoquinto capítulo del 3° Libro de Kasadya Hellhound, de Karen Swart.
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Capítulo 15 (Parte 1)
Se sentía como si una roca hubiese caído sobre mi pecho. Me faltaba
el aire, me senté abruptamente en la cama agarrando mi pecho.
― ¿Qué pasa Kasadya? ―
Chax imitó mi postura y me miró.
― No lo sé. Se siente
como si algo estuviese aplastando mi caja torácica ― dije jadeando.
Intenté tomar una respiración profunda, pero dolía demasiado.
Así que en su lugar, comencé a respirar tomando respiraciones cortas y rápidas.
― ¿Kasadya? ― Las
manos de Chax estaban en mis brazos, su rostro lleno de preocupación.
¡Debes salvarlos! La
voz del niño sonó en mis oídos y los cubrí con mis manos.
¿Qué demonios? ¿Ya es
tiempo? Pensé que teníamos un día más.
Mi hellhound luchó contra mí con tanta fuerza que grité.
¡Levántate, muévete!
Ella me forzaba, pero me agarré fuerte de Chax y cuando ella se teletransportó,
lo llevamos con nosotras.
Aterrizamos en el antiguo comedor, donde los niños estaban
gritando y reinaba el caos. Mirando a mí alrededor, traté de encontrar la
fuente de todo este desastre. Me detuve cuando vi el miedo en la cara de Chax.
― Es imposible
― dijo, al mismo tiempo que se
escuchaba un pequeño rugido atravesando el lugar.
Volví mi cabeza y contuve el aliento. Allí, lanzando sillas y
mesas, había dos pequeños hellhounds revelados.
Eran cerca de dos cabezas más altos que los otros niños, que estaban tratando
desesperadamente de huir de ellos.
― ¡¿Qué
demonios ?! ― grité, mirándolos
completamente aturdida.
― ¡Chax, por favor!
¡Te lo suplico! ¡Por favor, no! ― gritaba Maia, corriendo hacia nosotros.
Vulcan estaba con los pequeños hellhounds, tratando de
mantenerlos alejados de los otros niños.
También estaba sorprendido y sin saber
qué hacer. Maia llegó a Chax y lo agarró del brazo.
― ¡Son sólo
bebés Chax, solo niños! ― Las lágrimas corrían por su cara y estaba
aterrorizada.
Ahí fue cuando lo entendí, di un paso lejos de Chax.
La agonía en su rostro mientras miraba de ella a los recién revelados, quedaría grabado en mi mente
por mucho tiempo.
― Yo… yo no tengo
opción ― su voz se rompió.
¡Oh Dios Mío! ¡Él va a matarlos!
Una vez más mi pecho fue golpeado, oprimiéndose. Me llevé la
mano al corazón, mirando alrededor.
Había caos por todas partes.
Caim se teletransportó, su rostro también estaba en estado de
shock.
― ¡Raven se ha
revelado! ― gritó, pero al mirar hacia el ruido que reinaba en todas
partes, se congeló, sorprendido de ver a todos esos hellhounds.
Mi pecho fue golpeado de nuevo, y justo cuando la presión
cedía un poco, se volvía a repetir. Pasó seis veces más. Y cada vez que pasaba,
alguien se teletransportaba con temor en todo su rostro. Todos los hellhounds
habían empezado a revelarse.
― ¡Chax, algo está
mal! ― grité.
Podía sentirlo. Era como lo que percibes cuando una araña se
arrastra sobre tu pierna. Podías notar como iba haciendo su camino hacia
arriba, era espeluznante y tenías miedo de que te fuera a morder.
Algo estaba
muy, muy mal.
¡Sálvalos! La voz
del niño sonó en los oídos de nuevo. Acabé en el suelo por la fuerza que tenía.
― ¡Chax, por favor! ¡No
lo hagas! ― Maia trataba de detenerlo.
Su rostro se endureció y la miró, sus ojos tornándose de ese
verde asesino, se bloquearon en los de ella.
― ¡¿Crees que
me gusta la idea de matar a unos niños ?! ¡¿Ves placer en mi rostro?!
Él estaba perdiendo el control. Todos estaban perdiendo el
control.
¡Necesitamos salvarlos! Mi
hellhound se estaba volviendo loca dentro de mí.
Miré a los dos pequeños revelados,
que ahora estaban arrinconados por Vulcan y dos caidos más. Se les mantenían en
una esquina para que Chax pudiese hacer el golpe final. Miré de nuevo a Chax y
contuve el aliento. Había empujado a Maia lejos de su camino y estaba avanzando
hacia ellos. Sus ojos fijos en ellos, cuando una lágrima rodó por su rostro.
¡NO! ¡NO! ¡NO! Usé todo lo que tenía en mi interior y lo dejé
escapar. Mi rugido se elevó por encima del de los dos pequeños hellhounds. Me
sentí a mí misma crecer, sintiendo cómo mi propio revelado respondía. Pero con ello, sentí que otra cosa sucedía.
Irrumpí hacia adelante, empujando a los dos caídos fuera de mi
camino. Agarré a los dos pequeños hellhounds y me teletransporté, llevándolos
conmigo. Aterricé en la nueva arena y lugar de entrenamiento. Mi hellhound
sabía que algo estaba a punto de suceder. Volvió la cabeza, todavía con los
pequeños hellhounds en brazos. Los dos estaban mordiendo y arañandome. Zurita y
Max se teletransportaron con Raven. Lada y mi padre se teletransportaron con
otro. Y así continuó hasta un total de siete nuevos Hellhounds Revelados, los que fueron retenidos en
el lugar por los que ya habíamos sido revelados.
Estábamos todos en forma de revelados,
y no sentí ninguna conexión con Chax. En cuanto a ellos, yo sabía que no
sentían ningún vínculo con sus compañeros tampoco, pero estaban en calma.
Arrastré a los nuevos hellhounds revelados
más cerca de los demás.
― ¡Protéjanlos! ―
ordené, y ellos rugieron en acuerdo.
Los Caídos se empezaron a teletransportar alrededor de
nosotros. Chax, Nanini, Caim y mi madre fueron los primeros en tratar de
acercarse.
― ¡Kasadya! ― me
gritó Chax. Giré mi cabeza, echando un vistazo a lo que pasaba.
Todos los Caídos
estaban aquí, armados y listos. Chax también sostenía sus espadas.
― ¿Por qué no
responden a nosotros? ― Nanini estaba mirando a Max, con miedo en su rostro.
― No lo sé ―
respondió Chax, mientras se acercaban lentamente a nosotros.
Una mujer estaba
llorando y gritando detrás de ellos, dos Caídos la sostenían.
― ¡No maten a mi
bebé! ¡Por favor, no maten a mi bebé! ― suplicaba.
Mi hellhound
reaccionó a la plegaria de esa madre, se agachó y le dió un puñetazo al suelo.
Los Caídos se tambalearon bajo el impacto y muchos perdieron su equilibrio. Me
levanté de nuevo y vi como todos los caídos se transformaban al mismo tiempo.
Los hellhounds acababan de convertirse en su nueva batalla.
― ¡Detente! ― le
grité a Chax cuando él trató de acercarse más.
― Kasadya, necesito
que te calmes ― trató de mediar conmigo.
Pero mi hellhound
estaba lejos de calmarse. Inmediatamente, rápidas respiraciones comenzaron a
entrar y salir de ella.
― ¡Mantente lejos! ―
le grité de nuevo.
Pero ellos no estaban
escuchando. Chax fue el primero en irrumpir hacia adelante, seguido de los que
están detrás de él. A cambio, los hellhounds respondieron con un rugido y
atacaron.
Continuará...
3° Libro - Capítulo 15 (Parte 1)
Kasadya Hellhound Born
Hola!! Les traigo la segunda parte del 14° capítulo del Libro de Kasadya Hellhound Born, de Karen Swart.
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Capítulo 14 (Parte 2)
Me teletransporté con los demás, quienes aún estaban en una lluvia
de ideas sobre la guerra. Ya les había dicho todo lo que sabía, excepto mi parte,
así que no había nada más que pudiese hacer. Ahora, debía dejarles el resto a
los profesionales.
― ¿Chax, estaría bien
si voy a ver a Nina? No he hablado con ella desde el incidente y solo quiero
asegurarme de que ella está bien. Y, por supuesto, agradecerle.
Tomó mi mano y me jaló más cerca de él.
― ¿Qué está mal?
Puedo ver la preocupación en tus ojos, y también sentirla ― me susurró, así los
demás no podían oírnos.
Mierda.
― Solo estoy
preocupada por ella y quiero asegurarme de que está bien. Perder a tu madre
puede ser devastador ― mentí otra vez.
Sus ojos indagaron en
los míos y asintió.
― ¿Sabes cómo
encontrarla? ― me preguntó, acariciando mi mano.
― No, ¿puedes
ayudarme? ― yo era tan despistada a veces.
Sonriendo, se inclinó ―
Ella vive al frente de tus padres.
Oh, sí, bien. ¿Cómo
pude olvidarlo?
Le di un manotazo en el brazo y le sonreí mientras me
teletransportaba fuera de la casa de mis padres.
La casa de Nina lucía bastante normal. Tomando una respiración
profunda, caminé hacia la puerta y golpee. Al principio pensé que ella no
estaba dentro, luego escuché pisadas del otro lado. Abrió la puerta y pude
ver sus ojos rojos e hinchados.
― ¿Kas, qué haces
aquí? ― preguntó, tratando de aligerar la angustia que era visible en su
rostro.
― Quise venir a
verte, hablar un rato. ¿Tienes unos minutos?
No se veía muy entusiasmada con la idea por el momento, pero
asintió y dio un paso atrás dejándome entrar.
En el interior, su casa se sentía muy acogedora. Esperaba una
apariencia más moderna pero era solo normal. Un pequeño salón con sillones de
enormes cojines hinchados que te invitaban a probarlos. Me di cuenta de que las
paredes estaban vacías, los clavos que sostenían las imágenes, eran todo lo que
quedaba. En la esquina había un escritorio y sobre él, estaba una pila de todas
las fotografías que faltaban.
― Podemos tomar
asiento aquí y charlar. ¿Te gustaría tomar algo? ― me hizo pasar a su sala de
estar.
― Estoy bien. Acabo
de tomar una taza de café ― me senté en una silla y la vi sentarse frente a mí.
― ¿Así que, quieres
hablar? ― me preguntó después de unos silenciosos e incomodos minutos.
― Si. Primero, quería
agradecer lo que hiciste por mí. Si tú no hubieses llamado a Chax y… ― no pude
terminar la oración. Ella miró a otro lado, parpadeando para alejar nuevas
lágrimas en sus ojos.
― No fue gran cosa.
Hubieses hecho lo mismo por mí. No tengo idea en que estaba pensando mi madre.
Quiero decir, incluso para involucrar a mi pareja en esto, eso solo… ― las
lágrimas corrían libremente por sus mejillas.
Sus palabras hundieron en mi cabeza y quedé totalmente en
shock.
¿Su pareja?
― ¿Te refieres a
Marcus? ― pregunté.
Manteniendo sus ojos en los míos, asintió ― Acabábamos de empezar a salir, y estábamos
bastante bien. Cuando peleamos… no reconocí a ese Marcus. Ese no era mi pareja ―
rabia se reflejó en sus ojos.
¡Maldita sea!
Recuerdo haberla visto pelear con Marcus justo antes de correr
detrás de Kali. ¿Ella mató a su propia pareja?
― ¿Tú lo…? ― no pude
pronunciarlo.
― Si, él necesitaba
detenerse, todos ellos necesitaban detenerse. No puedo creer que mi madre me
traicionara de esa manera. Que Marcus me traicionara de esa manera ― sus
emociones estaban por todo el lugar.
Era comprensible, dada su situación y lo que ella había tenido
que hacer.
― Lo siento Nina ― no
tenía cómo hacer las cosas más fáciles para ella y de pronto, me sentí muy
culpable por lo que tenía que pedirle que hiciera por mí.
― No necesitas
disculparte. Nos lo advertiste y nosotros no te creímos. La próxima vez, voy a
escuchar cuando alguien quiera advertirme sobre algo.
― No podrías haber
sabido que era tu madre, o Marcus. ¡Demonios! Seth no estaba en mi lista.
Imagina mi reacción ― deseaba poder evitarle esto a ella.
― Hubo señales Kas.
Señales que yo ignore. Mi madre siempre hacia cosas a escondidas. Y Marcus, el
idiota, siempre las hacía con ella. Debí haber abierto mis ojos y haberlos
detenido ― ella caminaba de un lado hacia el otro por la sala.
― Nina, no importa.
Los detuviste al final. Incluso más, salvaste mi vida. Y ahora tengo una
oportunidad de retribuírtelo a tí y a los demás.
Fue una mala línea para abrir el tema, pero necesitaba terminar con
esto.
Ella se detuvo y me
miró ― ¿Qué quieres decir?
Me recosté en la
silla y comencé a hablarle de las visiones, la batalla, y nuestra parte en
esto.
Cuando llegó el
momento de hablarle sobre mi suicidio, ella estaba muy pálida.
― ¿Estas hablando en
serio? ― ella estaba un poco en shock.
― En realidad tiene
sentido. No le puedo pedir a Max que detenga a Chax, porque él mismo trataría
de salvarme. Eso cuenta también para el resto. Pero tú no lo harías. De todas las
personas, tú sabes que a veces los sacrificios son necesarios para asegurar la
seguridad de otras personas. Sé que puedes hacer esto, te he visto hacerlo ― la
alenté.
Se estaba paseando
nuevamente, pensando sobre esto.
― No será fácil. De
todos los Caídos, es difícil hacer tonto a Chax. Es muy observador y siempre
sabe lo que está pasando. Creo que de esa forma fue capaz de encontrarnos ― sus
palabras me hicieron fruncir el ceño.
― ¿Qué quieres decir?
¿No fuiste tú quien lo llamó? ― yo estaba confundida.
Se detuvo frente a mí
y miró hacia abajo.
― No pude. Si usaba
corra los demás iban a saber que había pedido ayuda. Estaba parada ahí,
tratando de pensar en una forma en la que las dos saliéramos con vida, cuando
él se teletransportó y me mostró que podíamos atacar juntos. Solo puedo
adivinar como fue que dio con nosotras. Pero ahora que lo pienso, él no estaba
sorprendido, sabía exactamente a lo que se enfrentaba. Sus armas ya estaban en sus manos, desenfundadas ― explicó.
¿Cómo demonios pudo encontrarnos Chax?
Alejando ese
pensamiento y dejándolo para más tarde, la mire.
― Entonces, ¿me
ayudarás? ― era extraño pedirle ayuda a alguien para matarte a ti misma.
― Si. Cuando el
momento llegue, puedes estar segura que haré mi parte ― accedió.
Sin un gran peso de
encima sobre mis hombros, me puse de pie y la abracé. Su expresión conmocionada
me hizo reír.
― Gracias, Nina.
Realmente lo aprecio ― dije, liberándola.
― No. Gracias a ti,
Kas. Por ti, nosotros tendremos un futuro que vivir después de esto. Siempre
recordaré lo que hiciste. Y me aseguraré de que todos lo recuerden también.
Podía sentir mis
propias lágrimas naciendo. Incapaz de responderle, asentí y me teletransporté a
mi habitación en la casa de Chax. Golpeé el suelo, lágrimas cayendo por todo mi
rostro. El aire se movió y de repente Chax estaba frente a mí.
Me agarró ― ¿Qué
pasó?
Estaba tratando de
calmar mis sentimientos, pero estaban realmente fuera de control. ¿Cómo le iba
a decir que justo cuando por fin encontré el amor, iba a tener que perderlo,
porque quería salvarlo a él y a todos?
― Ella perdió tanto,
es difícil verla tan triste y saber que perdió dos personas ese día ― mentí.
Me calmó por un
tiempo y besó mi cabeza, esperando que lo peor del llanto pasara.
― Vamos, es tarde y
necesitas descansar ― nos teletransportó a su habitación.
Gentilmente me sentó
en una silla y entró al baño. Escuché el agua corriendo y suspiré. Una buena
ducha hubiese funcionado. Volvió y se inclinó para mirarme.
― Hay un baño
caliente esperándote, ve y relájate un poco. Iré a buscar comida y algo
para beber.
Me jaló hacia arriba
cuando no hice ningún intento de hacerlo por mí misma.
Empujándome, para
que fuera al baño, cerró la puerta y se teletransportó. Sin mucho esfuerzo me
saqué la ropa y entré al agua. Estaba genial. Cerré los ojos y me enfoque
en recordar el día con Chax. Pronto, recuerdos de otros momentos divertidos
tomaron su lugar en mi mente. Max y el primer día en el centro. Nanini y su
canto. El amor devoto de Lada y Lotan. Las bromas de Ben y Ryan.
Todos esos geniales y divertidos momentos vinieron a mí.
Recordándome porque
estaba haciendo esto. Por Chax y por todos mis amigos, me iba a asegurar que
sobrevivieran a esta batalla y continuaran haciendo nuevos recuerdos. Max y
Nanini acaban de encontrarse el uno al otro; aún tenian un hermoso futuro por
delante. Habría amado poder ver a sus hijos y el tipo de padres en los que se
convertirían.
Mi humor cayó en picada.
Si, nunca iba a saber
qué clase de padres serian.
Una lágrima rodó por
mi mejilla otra vez. Pero estaba bien, al menos ellos lo lograrían. ¿Estaría
bien Chax? Me preocupaba él. Ahora que estábamos realmente vinculados, ¿podría
sobrevivir después de que me fuera? Estaba segura de que todos cuidarían de
él, y sabía que la guerra contra el mal lo mantendría ocupado.
Hubo un golpe en la
puerta.
― Tengo algo de beber
y comida. Cuando hayas terminado, ven a mi sala de estar ― dijo Chax, detrás de
la puerta.
Después de algunos
minutos más de reflexión, termine mi baño y salí. Note que no tenía nada de
ropa, así que rápidamente me teletransporté a mi habitación, agarre algo y me
teletransporté de vuelta. Encontré a Chax en una pequeña sala justo fuera de su
habitación, sentado en una mesita de café, esperandome.
― ¡Wow! Esto luce
bien.
Él había trasladado
algunas sillas lejos, y colocó almohadas a ambos lados de la mesa. En el medio
había una pequeña olla de vapor con aceite.
― Es una fondue.
¿Alguna vez la has probado? ― sonrió, tirando de mí a su lado.
― No, he escuchado de
ella pero nunca la he probado ― confesé, mirándolo todo.
Me dio una copa con
algo adentro, vino dulce golpeó mis labios.
― Mmm, está bueno ―
di vuelta la copa en mi mano, mirando el líquido claro en su interior.
― Es un Drostdy
Hof Adelpracht. Es un buen vino con un alto grado de alcohol, así que ten
cuidado ― me atormentó ― Fue hecho en
Sudáfrica y la finca ha
existido desde la década de 1800. Tuve el placer de conocer al primer creador ―
explicó sus orígenes.
Tenía que admitirlo,
este vino era algo por lo que morirse. Paladeé el vino dejándolo bailar
alrededor de mi lengua.
― Ahora, la fondue.
Primero, agarra un tenedor y luego selecciona cuál de los alimentos que hay
aquí deseas cocinar.
Él escogió un pedazo
de carne y la tomó con un pequeño tenedor.
― A continuación, se
coloca en el aceite y esperas a que se cocine. También tengo un par de
inmersiones aquí que puedes probar ― Siguiendo su ejemplo, elegí una
salchicha.
Pronto, nos
acusábamos mutuamente de haber robado. Algunas veces mi maniobra pinchando
rápidamente no funcionaba
Chax robó mis piezas,
las que emergieron a la superficie. Nos reímos y hablamos como una pareja
normal. Sin demonios, sin guerra. Incluso habíamos comenzado a introducirnos en
nuestra pequeña burbuja. Pronto, el vino y la comida hicieron su efecto y
bostecé.
― Vamos ― Chax me
tomó en sus brazos y me llevó a la cama.
Me colocó debajo de
las sábanas, y luego se unió a mi lado. Me acomodé, colocando mi cabeza sobre
su pecho, los latidos de su corazón fueron como una canción de cuna y
me dormí.
Fin del Capítulo 14