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Archive for julio 2017


Kasadya Hellhound Born



Hola!! Les traigo el noveno capítulo del 3° Libro de Kasadya Hellhound, de Karen Swart.
Muchas gracias por sus comentarios y espero que sigan escribiendo.

Ya vamos a la mitad del libro!!!!

Espero que lo disfruten.

... ¿Qué será lo que tiene Melissa?...

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Capítulo 9 (Parte 1)







Algo estaba pasando; un zumbido comenzó desde mis pies y viajó hacia arriba. Al propagarse, pude sentir las partes de mí rejuveneciendo. Cuando finalmente me sentí “completa” tome cualquier fuerza que tenía y la desaté. 

La capsula hecha de aire que me sostenía se desgarró en una explosión. Pude ver como su red se deshacía en el aire. Tomé una respiración profunda, y sin saber qué demonios estaba haciendo, golpeé mi puño con toda mi fuerza contra el suelo. La tierra se sacudió y el príncipe perdió el equilibrio. Me moví a la velocidad de la luz, un solo golpe y supe que no había necesidad de mirar atrás. Él ya estaba frito. Mi miedo por Chax me llevó a atravesar la red e ir directo a enfrentarme contra los demonios que lo atacaban.

Los rebané, la furia bombeando por todos mis venas. Sangre salpicó mi rostro y torso. Gritos sonaron alrededor mío. Mi hellhound revelado estaba suelta y enloquecida. 

 Ataqué demonio tras demonio, tomando sus cabezas, y en algunos casos destrozándolos en pedazos. Caídos se teletransportaron fuera y lejos de mí. Pude ver unos ojos femeninos llenos de miedo. Mientras me acercaba al último grupo de demonios, la divinidad escogió ese momento para actuar, enviándome rayos de dolor rasgando mi cuerpo, el cual se dio por vencido y caí en el suelo. Mis ojos buscando a Chax. Ahí estaba él, a unos metros de mí, en el suelo. Sin moverse.

Me arrastré hacia él, mis alas rompiéndose en el aire con cada relámpago que pasaba a través de mí. Cerca de alcanzarlo, traté de llamarlo. En cambio, un grito rasgó desde mi garganta mientras la intensa energía azotó a través de mi cuerpo, dejándome desplomada en el suelo. Saboree la tierra. Con una última mirada en su dirección, el rayo final de energía me envió directamente a la oscuridad.

— Mira, todos están muertos — dijo la voz en el vacío oscuro.

Yo no podía ver nada ya que todo a mí alrededor era negro.

— ¿Puedes escuchar sus gritos? — se burló la voz.

— ¡No veo ni escucho nada! — le grité de vuelta.

Una sacudida sonó a mi derecha. Era el niño otra vez. ¡Oh no! Sabía lo que iba a pasar.

— Ahí, Kasadya, mira ahí — y con eso, la oscuridad comenzó a desvanecerse dentro de la niebla blanca, revelando la misma batalla donde todos nosotros moríamos. Me encontré a mí misma en la batalla. Fuerte y grande, corté, desgarré y ante mi absoluta conmoción, envié demonios volando lejos con tan solo tocarlos. Mis ojos estaban raros también. Ellos eran de un color rosado. No rojo o amarillo, sino rosado.

— ¿Por qué…? — fui interrumpida por un grito.

Busqué la fuente y encontré a Nanini corriendo a través de la línea de hellhounds. Siguiendo su dirección, vi porque ella estaba en ese estado de pánico. Max permanecía muerto, su cabeza a unos cuantos metros de su cuerpo. Miré de vuelta a ella y vi como un demonio tomaba su cabeza. Ella ni siquiera se percató de la espada. Estaba tan enfocada en alcanzar el cadáver de Max. También vi más en los ojos de ella. Vi su amor por él.

— Estoy tratando. Completaré mi divinidad — gemí, rogando a la voz por otra oportunidad.

Busqué en la batalla y encontré a Chax. La historia se repetía y su cabeza era cortada, mi hellhound rugió. Podía sentir su dolor, su pérdida, pero lo peor de todo, era el sentimiento de desesperanza.

— No lo lograrás antes de esta batalla — el niño me susurro de vuelta.

Ese era el por qué yo sentía esa emoción; porque eso era lo que iba a pasar. No teníamos oportunidad de sobrevivir.

— Siempre hay una oportunidad, Kasadya. Tú solo necesitas buscarla — dijo el niño de nuevo.

— ¡¿Dónde?! ¡¿Dónde demonios debería buscar?!

Lágrimas corrían por mi rostro mientras Ballen se acercaba a mi hellhound, quien estaba inmóvil en el suelo. Giré mi cabeza, incapaz de presenciar mi propia muerte otra vez.

— Ahora mira a la pared. ¿Qué es lo que ves? — preguntó repentinamente el niño, su voz viniendo desde mi lado derecho.

Salté por la sorpresa. Me volví a mirar, evitando la escena de muerte, y fijando mis ojos en la pared. No solo en la pared, si no en el agujero que estaba en la pared. Desde mi lugar no podía distinguir realmente que estaba pasando ahí, así que me acerqué.

Ahí, manteniendo el agujero abierto, estaban cuatro objetos. Ellos eran las reliquias de sangre. 

Cuando miré hacia abajo, mi rostro cayó. Cuatro sacerdotes yacían muertos dentro del agujero. Ellos tenían Su sangre, y con los sacerdotes, ellos tenían Sus palabras.

Entonces así es como ellos conseguirán abrir la pared.

Miré entre las reliquias y los sacerdotes, incapaz de encontrar lo que se supone que tenía que encontrar.

— Yo no… — me paralicé.

En el otro lado, estaba Luxuria con rostro sombrío, mirando cómo se desarrollaba mi muerte. Al lado de ella estaba lo que sospechaba era un demonio príncipe; un enclenque; flacucho demonio príncipe. Se volvió hacia ella y dijo — Ves hermana, nosotros te dijimos que no tendrían éxito.
Luxuria no le respondió. En cambio, ella miró hacia arriba, nuestros ojos conectándose inmediatamente.

Me estoy perdiendo algo aquí.

— Solo porque tú eres el hermano con suerte. Ellos estuvieron muy cerca de encontrar una manera de detenerte a ti y a Gluttire — respondió, sus ojos nunca dejaron los míos.

Okay, entonces estuvimos cerca, pero no era la divinidad. Tiene que ser algo más. Mis ojos viajaron de vuelta a la escena de la batalla. Ballen estaba regresando con una enorme sonrisa.

¡El imbécil solo me mató!

Mi hellhound yacía muerta, su cabeza perdida. Insegura de por qué, me acerqué un poco más. De pie justo sobre ella, miré mi figura muerta. Mis ojos la recorrieron y capté un vistazo de algo en su mano.
Agachándome, vi que era una pequeña esfera con luces brillando fuera de ella. No era una de las esferas que usaban para anclar a los demonios a la tierra. Era otra cosa muy distinta.  

— ¿Puedes ver? — susurró el niño otra vez.

— Vamos, Kasadya — la voz de Chax me sacó fuera del sueño.

Era como si él me hubiese encontrado y arrastrado fuera de la niebla, sacándome de ahí. Gritando y pateando, traté de pelear con él. Necesitaba más tiempo para encontrar una solución. Pero no funcionó. Buscando aire, salté hacia arriba y golpeé a Chax.

— Ouch — froté mi cabeza y vi a Chax hacer lo mismo.

— ¡Maldita sea Chax! ¡Estaba tan cerca! — yo estaba lívida.

Sus ojos se encendieron hacia mí y yo tome aire. Él tenía un corte en su ojo izquierdo, sobre su nariz y abajo en su mejilla derecha. Sin pensarlo, lo alcancé y gentilmente lo toqué.

— ¿Qué pasó? — froté suavemente mis dedos sobre el corte.

— Dejaste de respirar. Nosotros casi te perdemos — respondió Chax con una mirada afligida.

¿Nosotros?

Solo entonces noté a Melissa y a Maia, y detrás de ellas una habitación llena de Arcángeles y Dominus Custos.

Oh mierda.

Todos ellos tenían expresiones afligidas, y solo podía adivinar que yo era la responsable de eso.

— ¿Cómo te sientes? — preguntó Chax, sus ojos recorriéndome.

Dejé caer mi mano de su rostro cuando vi a los otros, y ahora la usé para palparme a mí misma. Nop. No agujeros, no cortes, pero entonces alcancé mi estómago, me estremecí. La mano de Melissa estuvo inmediatamente sobre mí y levantando mi top de cuero.

— ¡Cristo Kas, mira eso! — se quejó.

Yo realmente quería mirar pero en medio de ella, Maia y los otros, no podía.

— Lo he tenido peor y tú lo sabes — descargué.

Sus ojos bloquearon los míos — No te atrevas.

Rodé mis ojos y permanecí de espaldas en la cama. Chax se alejó de su camino y se paró contra la pared. Sus ojos estaban sobre mí y su piel lucía pálida, su rostro demacrado. Le di mi mejor sonrisa, esperando obtener su famosa mirada enojada que había llegado a esperar. No la obtuve.

¿Qué? ¿Él se está poniendo todo nenita conmigo?

Lo recordé rodeado de demonios. Tenía más demonios sobre él que cualquier otro Caído.

Crack

— ¿Ellos te convirtieron en su objetivo, no es cierto? Ellos saben lo que eres para mí — declaré.

Él frunció el ceño y asintió.

— Ellos saben que eres mi compañero, estoy segura de eso. El ataque fue perfectamente calculado.

Eso solo podía significar una cosa. Alguien se los había dicho.

— ¿Luxuria? — pregunté. Él sacudió su cabeza.

— No, ella estaba tratando de ayudarme, pero se teletransportó fuera cuando pensó que tú estabas perdiendo la batalla. Debe ser alguien más.

¡Seee, debe ser un maldito Caído traidor caminando por Exsilium!

No dije lo que era obvio; por la mirada en su rostro, habíamos llegado a la misma conclusión.

— Aquí, todo arreglado — dijo Maia, rompiendo el silencio de nuestra conversación.

Miré hacia abajo tan pronto como Maia y Melissa se movieron lejos.

— ¿Cortaron mi top de cuero? — me quejé, mirando los cortes en él.

— Callate, Kas — me gruñó Melissa, caminando hacia el baño.

Amon estaba en la puerta de entrada sonriéndome.

— Hey, tú. ¿Finalmente sentiste la necesidad de venir y decirme hola? — me burlé de él.

— Estas llevándola a la locura, y eso no es bueno considerando su condición — le fruncí el ceño en la última palabra.

— ¡No tengo una condición! — Melissa estalló de vuelta.


Continuará...



3° Libro - Capítulo 09 (Parte 1)

Publicado por: engel.must 10 Comentarios

Kasadya Hellhound Born






Hola!! Les traigo la segunda parte del 8° capítulo del Libro de Kasadya Hellhound Born, de Karen Swart.

Dejen sus cometarios, ayudan mucho a que me motive para seguir traduciendo.


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Capítulo 8 (Parte 2)





Escuché voces afuera de mi habitación, pero no podía escuchar que era lo que estaban diciendo. 

Lentamente me levanté, agarré mis espadas y las puse dentro de sus fundas. Me miré a mí misma en el espejo, encontrando círculos oscuros debajo de mis ojos y luciendo un aspecto demacrado. 

Aspirando una bocanada de aire, me dirigí a la puerta y salí afuera. Encontré a Zurita y Maia en el pasillo, sus cabezas inclinadas, susurrándose la una a la otra. Pero cuando me vieron ellas dejaron de hablar y lucieron muy culpables tratando rápidamente de separarse.

— Es bueno verte de pie, Kas — saludó Zurita.

Asentí y caminé lejos de ellas, no interesada en su conversación sospechosa. Bajé las escaleras y fui directo a la cocina, mi estómago gruñendo a cada paso que daba.  

Entrando a la cocina, Miguel y Rafael, quienes estaban sentados en la me mesa, me saludaron. Max ya tenía preparado un plato de comida listo y me lo entregó.

— Gracias — lo tomé y llené mi boca antes siquiera de ponerlo en la mesa.

Tragando, noté que los dos ángeles estaban mirándome.

— ¿Qué? — pregunté, limpiando mi boca con una servilleta.

— ¿Hambrienta, no? — se burló Rafael.

Le fruncí el ceño — ¿Cuánto tiempo estuve fuera esta vez?

— Bueno, veamos, eso sería dos días y medio — respondió con una sonrisa.

Iba a golpearlo otra vez.

— ¿Cómo se siente tu cuerpo? — preguntó Miguel, interrumpiendo lo que habría sido el comienzo de una pequeña guerra.

— Esta mejor ahora que hace unos momentos. ¿Han acordado otra batalla? — pregunté, para ir al grano.

— Si, cuando termines convocaremos al resto. Contigo estando fuera tanto tiempo, tus días despierta serán solo para esto, hasta que termines — asentí.

Feliz de saber eso. Infiernos, estar despierta iba a ser mucho más divertido.

Terminé mi plato y le agradecí a Max otra vez. Saliendo a tomar un poco de aire, caminé frente al estudio de Chax y me detuve.

— No tienes ninguna opción, mientras seas su compañero no le vas a fallar — alguien estaba discutiendo dentro de la habitación.

— ¡No puedo quedarme ahí y verla sufrir de esa manera! — le gritó Chax a la otra persona.

Una sonrisa se formó en mi rostro. Sabiendo que Chax estaba preocupado por ayudar aunque sea un poco.

— No interferirás de nuevo. ¡¿Está claro?! — Esta vez pude distinguir que era una voz de mujer.

La puerta voló abierta y Ariel salió por ella, directo hacia mí.

— ¿Kas, cómo estás? — me preguntó con fluidez.

Su ceño fruncido instantáneamente se convirtió en una débil sonrisa.

— Ah, estupendo supongo — respondí, mirando detrás de ella para encontrar a Chax observándonos.

Estaba enojado otra vez.

— Que bien. ¿Estás lista para la siguiente batalla? — ella buscó en mis ojos, esperando una respuesta.

— Si, terminemos con esto — mis ojos se desviaron hacia Chax quien se dio la vuelta y escapó de mi mirada.

— Bien — Ariel me hizo una seña para que caminara con ella.

— ¿Por qué estas enojada con Chax? — la pregunta se escapó antes de poder detenerme a mí misma.  
Ariel suspiró y me miró con desaprobación.

— No es educado espiar conversaciones privadas, Kas — ella me atrapó.

Levantando mi barbilla, respondí — No es educado hablar sobre alguien a sus espaldas.

Asintió y miró hacia el frente.

— Chax se ha vuelto sobreprotector contigo. Tememos que él intervenga con tu divinidad.

Mmm, eso era nuevo. Chax siempre me había dejado para que muriera, pero ahora él quería salvarme.

¿Por qué no lo hizo las otras veces?

Medité al respecto hasta que llegamos al patio, donde más Caídos estaban esperando. Miré alrededor y capté un vistazo de Nina. Ella era, sin duda, un espectáculo. Con su cabeza en alto y orgullosa, escuchaba atentamente a otro Caído que le hablaba.

Se veía muy ruda desde donde yo estaba. Su cabeza se volteó y me encontró mirándola. Levante mi barbilla, mostrando mi propio orgullo. Una sonrisa apareció en su rostro y comenzó a caminar hacia mí. Me preparé a mí misma para lo que sea que ella tuviese en mente.

— Kas, es bueno verte — rodé mis ojos.

Si, podía apostarlo.

— Es bueno verte a ti también — respondí secamente.

Su sonrisa nunca falló. De hecho, caminó alrededor mío, observándome de la cabeza a los pies.

— Mmm ¿entonces tú estás destinada para grandes cosas? Solo me pregunto si nuestro Señor no está gastando su tiempo contigo. Quiero decir, vamos Kas, tú sabes que lo estropearas todo otra vez.

No moví ni un musculo, temiendo que cualquier movimiento podría hacer que la mate.

Sentí su mano en mi espalda, lo cual ayudó a que emociones de calma viajaran a través de mí.

Chax al rescate.

— Nina, estoy honrado de tener tales buenos guerreros de nuestro lado — dijo Chax, esencialmente poniéndole un alto al enfrentamiento.

— Gracias Chax. Pelear contigo siempre ha sido un placer — ronroneó en respuesta.

La furia aumentó diez veces dentro de mí y Chax lo tuvo difícil para traer mi visión a la normalidad.

¿Por qué ella siempre me enviaba al modo matar? ¿Qué infiernos le había hecho alguna vez a ella?

Pero aún no bastaba, tenía que presionar más lejos. Acercándosele a solo unas pulgadas, se apoyó en él y le susurró algo en el oído. Él frunció el ceño y la empujó alejándola. Con eso, ella me sonrió y caminó de vuelta hacia su equipo de Caídos quienes esperaban cautelosamente por su regreso. Mis ojos la siguieron en cada momento, mi cuerpo ansioso por atacarla.

— Vamos Kasadya, otra batalla nos espera — Chax me condujo lejos de ella, hacia Miguel y Rafael, quienes estaban hablando con Vulcan y Thonyn.

— Podemos comenzar — anunció Chax cuando los alcanzamos.

Su mano nunca dejó mi espalda y comencé a alejarme de su toque. Miguel asintió y les dio instrucciones a los otros Caídos. Nos teletransportamos a la misma posición donde Max y los otros esperaban.

Chax esta vez, no iba a participar en el lanzamiento de las esferas que atraparían al príncipe demonio. En cambio, asintió hacia mí y caminó a través de los otros Caídos, quienes estaban listos para la batalla.

En su lugar estaba Caim, quien me asintió y sonrió.

— Cuidaremos tu espalda, Kas. Solo haz tu parte — me tranquilizó.

Me di la vuelta y saqué mis espadas. Me transformé en hellhound antes de que el rostro de Luxuria saliera a la vista. Con una rápida sonrisa, ella dejó el cuadrado, al tiempo que el príncipe demonio bramaba.

— ¡Luxuria! ¡Tú, traidora! — gritó el príncipe.

Sus ojos aterrizaron en mí y se transformó en su forma demoniaca, saliva caía de sus colmillos. Me enderecé a mí misma, sabiendo que él podría usar alguna clase de poder como mover la tierra o desaparecer.

Solo me preguntaba que podía hacer este.

Él irrumpió hacia adelante, sus espadas cortando el aire y preparé mi bloqueo. Llamas rojas y calientes quemaron mi rostro y salté hacia atrás. Lo volví a mirar, su cuerpo, al igual que sus espadas, ahora estaban todas cubiertas de llamas.

Ah mierda, esto va a doler.

Irrumpí hacia adelante y lo esquivé tan rápido como pude, tratando de evitar entrar en contacto con las llamas. No funcionó en lo absoluto.

Doble mierda.

Retrocedí, no sabiendo bien que hacer.

— No soy tan fácil de matar, Hellhound. Tus débiles intentos solo alimentan mi furia aún más. No eres rival para mí — se burló.

En serio

Se abalanzó hacia mí, la pared de llamas aun envolvían su cuerpo.

— ¡Kasadya! ¡Tus alas! — gritó Chax.

Desafortunadamente, era muy tarde. La pared de llamas hizo contacto, chamuscando la piel de mi estómago. Tambaleándome lejos de él, miré hacia abajo para evaluar el daño. La sangre estaba corriendo por mi costado saliendo de las telas de cuero. Mi rostro estaba calcinado por las llamas, el olor a carne quemada colmó mi nariz.

— ¡Kasadya! — gritó Chax otra vez, llamando mi atención de vuelta al príncipe demonio.

Se movió tan rápido que cuando lo vi ya estaba sobre mí. Traté de protegerme de su asalto, pero me encontré a mí misma sobre mi espalda. Mal movimiento. Él condujo sus espadas en dirección a mi cuello. Liberando mi propia espada detuve la del demonio que estaba envuelta en llamas, mis manos fueron instantáneamente engullidas. Dolor irradió desde la punta de mis dedos hasta el final de mi brazo.

— Ahora tú mueres — dijo el príncipe demonio, baba goteando sobre mi rostro.

¡De ninguna maldita manera!
 
Furia pateó en mi interior, y mi revelada emergió. Y, oh chico, ella estaba muy cabreada.

Di un paso atrás en su mente, renunciando al control. Ella miró al demonio y le rugió, mandando algo de baba volando de vuelta a su cara. Él se sobresaltó por un segundo, pero se recompuso a si mismo rápidamente, presionando su espada nuevamente.

Alas.

Chax dijo que debería usar mis alas. Con toda mi fuerza, arranqué mis alas de abajo de mi cuerpo, envolviéndonos a ambos con ellas. Aguantar las llamas fue un infierno, pero justo como mi sesión de entrenamiento con Chax, le mandé de vuelta sus flamas al demonio.

Él empezó a gritar dentro de mis alas, nuestros rostros a unos centímetros del otro.

— Demonio, hoy tú morirás — le dije a él. 

Golpeándolo con toda mi fuerza, lo mandé a volar lejos de mí. Miré como el ahora demonio quemado golpeaba el suelo y comenzaba a agitarse, tratando de alejar las llamas. Tuve momento difícil al ponerme de pie. Había perdido mucha sangre y no duraría mucho más. Caminé hacia el príncipe. Elevé mi espada, lista para el ataque, pero fui noqueada por una red invisible que nos cubrió a ambos. Sacudiendo mi cabeza, me volví a mirarlo.

— ¿Pensaste que sería tan fácil matar a Irritum? — preguntó, parándose sobre sus pies.

— Si, lo pensé. Y ahora te lo voy a mostrar — lo empujé, poniéndome de pie otra vez.

Por un breve momento, casi pierdo mi equilibrio y caigo, pero rápidamente me enderecé. Me estaba debilitando; necesitaba terminar esto pronto. Él levantó sus manos y el aire a mi alrededor fue succionado.

Okay, ahora sería un buen momento para empezar a estresarse.

No podía respirar; el aire alrededor mío había desaparecido en acción. Mire alrededor, buscando a Chax en el caos. Los Caídos estaban teniendo un duro momento lidiando con todos esos demonios. Se veía como si hubiese dos demonios por cada Caído. Encontré a Max en su forma Hellhound, cortando la cabeza de un adversario. Al lado de él estaba Nanini, arrojando bombas de luz a los demonios que los estaban atacando.

¡Chax! Necesito a Chax.

Mis ojos revisaron la escena, buscándolo y cuando lo encontraron, mi corazón casi se detiene. Él estaba sobre una rodilla, tratando de defenderse a sí mismo contra todo un grupo de demonios. Y no se veía bien en lo absoluto. El miedo corrió a través de mis venas mientras veía a mí alrededor, comprendiendo nuestra situación actual.


— ¡NO! — grité con el poco aire que aún quedaba dentro de mí.




Fin del Capítulo 8


3° Libro - Capítulo 08 (Parte 2)

Publicado por: engel.must 11 Comentarios

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