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Archive for junio 2016
Kasadya Hellhound Born
Capítulo 1 (Parte 2)
El momento ha llegado.
Enfrente de mí, aun estando en silencio, vi a una hermosa criatura nacer. Y
supe que ella sería la más perfecta revelada.
Un último vistazo a los demás me aseguró que ellos estaban preparados y listos
para hacer lo que se necesitara hacer, volví mis ojos sobre ella. Creció en
tamaño, superando a cualquier otro revelado
que alguna vez he visto. Rafael explico que todo sería nuevo y más poderoso con
ella. Su primer cambio a la divinidad
estaba completo. Ella sería la primera de una nueva raza de Caídos.
Mi compañera. ¿Cuánto
llevo viéndola desde lejos, deseando poder demostrarle cuanto significa para
mí? Pero sabía que ella no sentía lo mismo, y que necesitaba tiempo para adaptarse
al mundo. Su rugido hizo eco perforando el silencio de la mañana. Los pájaros
se dispersaron de los árboles con miedo del revelado
en el que ella se había convertido. Vi como sus huesos atravesaban la piel
de sus alas. Ella ni siquiera hizo una mueca de dolor.
Finalmente, después de lo
que parecieron horas, el rugido terminó y enfrente de mi estaba el más grande
Hellhound revelado que alguna vez
enfrenté. Esto iba a ser difícil. Con su fuerza adicional sería diez veces más
letal que cualquiera antes que ella. Ahora entendía porque Miguel y los otros
querían ayudar con su nacimiento.
Esto iba a ser un desastre.
— ¿Se supone que sería así
de grande? — pregunto Maia desde atrás dando un paso atrás mientras Kasadya se
volvía a mirarla.
— Sí, la primera fase de
su divinidad ha sido completada, la transformación de su cuerpo. Las próximas
fases solo se enfocaran en su fuerza y habilidades. Lo que ves aquí, querida
Maia, es un nuevo Arcángel Caído — Miguel le explico.
Desenfundé mis espadas y
me estabilicé sobre mis pies. Ella se movería rápido, justo como mi Kasadya, y
atacaría ágilmente.
— Prepárense — les
indique a los otros y nos preparamos para su primer movimiento.
Sus ojos escanearon el círculo
y sus alrededores. Finalmente se detuvo, sus ojos fijos en mí. Este era.
Irrumpió hacia adelante con una rapidez colosal, que igualaba a la de los
vampiros. Con apenas pulgadas de diferencia, di un paso lejos mientras ella me
pasaba.
— Necesito derribarla,
necesito su atención — informe a los otros.
Miguel fue el primero en
atacar. El Arcángel de la Guerra, fue creado justo para esto. Ella dio un paso,
él salto en el aire y le dio un puñetazo en el costado. El impacto fue éxito y
ella se dobló sobre sí misma. Me moví rápido y golpee sus pies pero ella fue
más rápida y con un golpe sin esfuerzo, yo estaba volando por el aire. Aterrice
fuerte y me tuve que recomponer a mí mismo. Ella era poderosa, eso no lo podía
negar.
Parándome, vi que los
arcángeles la tenían ocupada todos al mismo tiempo. Arcángel contra Arcángel
caído era magnifico de ver. Cada golpe hacía eco en los árboles. El suelo
tembló por la fuerza en que algunos eran golpeados y derribados contra este.
Kasadya era magnifica. Con la primera chispa dada por Maia, fui capturado por
su belleza, y hoy no era diferente. Mire como ella agarro el ala de Rafael y
casi la destrozo por completo. A diferencia de los otros revelados, podía ver mucha inteligencia en sus ojos. Transformando
sin esfuerzo la pelea, me mantuve de pie y mire a mi compañera.
Recuerdo el día en que
mire dentro de sus ojos, y lo shockeado que estaba por los sentimientos que
pasaban a través de mí. Por siglos, me mantuve en control y escondido. Solo con
encontrarme con sus ojos, casi me deshizo en ese momento, y ella se aseguró en
muchas ocasiones de empujar mi control al límite. Nuestro Señor me la regalo
bien. Ella era la única que conocería mi fuerza, y al mismo tiempo, la
desafiaría. Me moví de nuevo pero en vez de lastimarla más, solté mis espadas y
salte por su cabeza. Con gran esfuerzo, envolví mis brazos alrededor de su
garganta y la retuve con mi vida. Su tamaño era un gran desafío.
— ¡Derríbenla! — les
grite a los otros, mientras yo trataba de mover sus orejas para empezar el
proceso de contactar con mi Kasadya dentro de la bestia.
— ¡Kasadya, vuelve! — le
grite.
Por un breve segundo ella
se detuvo, eso fue todo lo que necesite. Vulcan y Ariel, ambos fueron por su
pierna izquierda, tacleándola para que perdiera el equilibrio, Miguel y Rafael
saltaron sobre ella agregando más peso. Finalmente, Thonyn y Jofiel tomaron su
otra pierna y todos caímos al suelo.
— ¡Sosténganla! — les
dije de nuevo.
Rápidamente, me moví de
detrás de ella hacia delante y envolví mis piernas alrededor de su gigante
cuello. Ella rugió con frustración y trato de morderme. Lo encontré divertido,
sonreí mientras aferraba sus cuernos y golpeaba su cara en el suelo, ahora ella
estaba atrapada. Ojos rojo sangre se fijaron en los míos y vi la rabia dentro
de la bestia. Y con esto aún vi a mi Kasadya, estaba atrás mirando, mientras
aún era incapaz de controlar este lado de ella.
— ¡¿Lo harás ahora?! —
grito Thonyn desde alguna parte.
— En efecto — respondí
sonriendo.
Sabía que estaban
luchando contra ella. Enfocándome, extendí mis sentimientos hacia ella. Aun se sentía
extraño y ajeno, todos estos sentimientos alrededor de ella, y yo no estaba
seguro como ella los recibiría. Me abrí a ella; quería que ella sintiera lo que
no podía decirle. Que la admiro. Que estoy orgulloso de ella, independientemente
de sus defectos. Que es magnífica a mis
ojos. Pero sobre todo, y estoy asustado por esto, quiero que sienta mi amor por
ella. En el momento en que la tuve entre mis brazos y sentí su boca sobre la mía,
sabía que amaba a esta niña obstinada con todo mí ser. Por ella, yo destruiría todo lo malo y viajaría hasta el infierno con tal de asegurarme que ella esté a salvo.
Cuando la vi con esos
demonios, estaba enfurecido con ella. Cuando sus ojos encontraron los míos,
pensé que correría hacia mí y me dejaría salvarla. En vez de eso, se alejó como
si yo no significara nada para ella. Pero me quede parado y la vi irse;
nunca la forzaría a estar conmigo. Ese fue el día en que Kasadya Levourne me
puso de rodillas. Nunca he sentido tanto dolor en el corazón. Les informe de mi
descubrimiento al Consejo y me teletransporté a mi casa, destruido. Y así fue
como mi hermano me encontró, de rodillas incapaz de formar una simple palabra.
— Vuelve a mí — le
susurre, una de mis manos libero un cuerno entonces así podría acariciar su
mejilla.
Ella trato de empujarla
lejos pero no pudo.
— Te estuve mirando desde
lejos, mi hermosa Kasadya, y quería que me encontraras por ti misma — continúe.
Con la última palabra vi
un punto azul en su iris, dándome cuenta que mi Kasadya me estaba escuchando.
Sonreí, sabiendo que esta batalla seria ganada por mí.
— Semejante belleza atada
con tal fuerza y poder, significas un gran regalo para mí — la tranquilice de
nuevo.
— Vuelve a mí y te
mantendré a salvo, querida por siempre — le prometí a mi compañera y deje que
sintiera mi amor por ella.
Ella aspiro una bocanada
de aire y sabía que se había terminado.
De nuevo le susurre —
Nunca te abandonaré de nuevo, por ti pelearía contra el mundo y más allá.
Con lo que pareció un
suspiro de alivio, los ojos rojos comenzaron a irse y lentamente fueron
reemplazados por amarillos. Dándose cuenta de nuestro asimiento, los demás
comenzaron a dejarnos solos. Al final, los ojos amarillos fueron reemplazados
por un azul brillante, un color que admiro. Brillante azul con un aro negro
alrededor de la pupila. Perfección amoldada en perfección. Ahora en su forma
humana, me di cuenta que seguía sosteniéndola y me aleje de ella. No quería que
se sintiera sofocada o dominada. Había aprendido que durante nuestro tiempo
juntos, Kasadya necesitaba espacio para moverse y tomar decisiones.
Desafortunadamente, esas decisiones a veces no eran las mejores.
Maia comenzó a atender a
los que estaban heridos. Todos sabían que nosotros necesitábamos el mayor
espacio posible, ahora más que nunca. Ella estaría confundida y conociéndola,
también se sentiría vulnerable.
Fin del Capítulo 1
3° Libro - Capítulo 01 (Parte 2)
Kasadya Hellhound Born
Hola!! Les traigo el primer capítulo del 3° Libro de Kasadya Hellhound, de Karen Swart.
Disfrútenlo!!
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Capítulo 1 (Parte 1)
Es chistoso como el destino te prepara para el futuro.
Mirando hacia atrás en mi viaje las señales estaban en todas partes, yo solo era muy ignorante para verlas. Cada paso que tomé me preparó para el final de mi viaje. Fui muy estúpida al pensar que podría tener mil años por delante. Nunca hubo ningún final feliz para mí. Soy una Caída. Soy una Hellhound. Nuestros futuros no incluyen un “felices para siempre”.
Pero puedo mirar atrás sabiendo que viví. Encontré amigos y familia. Y encontré el amor. No me arrepiento de mi pasado. Tengo tantos recuerdos invaluables a los que aferrarme en el momento final que suavizarán el golpe. Sé que mis amigos continuarán luchando, y asegurarán la victoria. Solo hay que mirar lo que hemos logrado en el último mes más o menos. Nos hemos adaptado y evolucionado para seguir luchando.
Pero mi destino nunca podría ser negado. Yo nací para esto, me preparé para esto. Y ahora estoy lista para esto. Por mis amigos, por mi familia y por mi amor; no fallaré en mi último momento en este mundo. Por ellos, doy mi corazón, mi vida.
— Kas, sé que estas asustada, pero necesitas confiar en nosotros. No te estamos dirigiendo a tu destrucción — Rafael intentó animarme.
Yo creí cada palabra que dijo, pero la verdad es que todavía estaba asustada. Estaba muy claro que yo era un desastre, y ahora iba a destruir a alguien más conmigo.
— Lo sé — respondí en un susurro.
¿Podría mi corazón latir más rápido?
Una y otra vez se estrellaba contra mi caja torácica, el golpeteo sonaba en mis oídos. Estaba tratando de evadir el ataque de pánico. Pero, si esto continuaba, no sería capaz de hacer nada.
— Ven. Tenemos que terminar con esto, así podremos ocuparnos del problema que está surgiendo en el inframundo — Chax se unió, caminando hacia la puerta.
Siempre directo a los negocios con él.
— ¿Quién… quién es mi encanto? — me esforcé por preguntar, mientras me aclaraba la garganta para hablar.
Se detuvo en la puerta, todavía de espaldas a mí. Lo vi respirar profundo, ¿intentando mantener la calma tal vez?
— Lo sabrás en un momento — respondió mientras abría la puerta y salía.
Frente a él pude ver que era de mañana en Exsilium y las palabras “es un nuevo día para un nuevo comienzo” sonaron en mis oídos.
¿Un nuevo comienzo para qué? Otro maldito desastre, si me preguntas.
Giré mis ojos hacia los otros, preguntando en silencio, no, rogando para que me sacaran de esto.
— Kasadya, es tiempo de que aceptes y te aferres a tu destino. Tu miedo es comprensible, pero te aseguro que lo que está a punto de suceder cambiará tu vida para bien. Solo necesitas confiar en nosotros — dijo Miguel, caminando hacia mí y ofreciéndome su mano.
Miré a Maia y a Vulcan, quienes asintieron en acuerdo.
Si todos estaban tan seguros, ¿por qué demonios sentía que los siguientes momentos de mi estúpida vida podrían hacer todo aún peor?
Con una mano temblorosa acepté la de Miguel y me levanté. Los arcángeles salieron primero, seguidos por los Dominus Custos. Maia y yo nos quedamos mirándolos salir hacia Chax.
— Kas, déjalos salvar tu vida así tu puedes salvar la de otros — dijo Maia desde detrás de mío.
Me di la vuelta para mirarla, sus palabras me llegaron al corazón.
Si, ella tenía razón. Si no por mí, lo haría por otros, por aquellos que necesitaban ser protegidos, y por los que amo. Asentí y me di la vuelta, contactando a mi hellhound interior.
Ella me saludó inmediatamente, claramente emocionada con todo el asunto.
¡Maldición, mi hellhound se había vuelto loca! Justo lo que necesitaba.
Nueva fuerza fluyó a través de mi cuerpo, dándome la energía y los recursos necesarios para mi nueva batalla. Salí por la puerta y sentí el sol de la mañana envolverme, como si quisiera reconfortarme de alguna manera. Cerrando mis ojos, me aferré a eso y tome una respiración profunda con el fin de reunir coraje y fuerza para hacer lo que se necesitaba hacer. Todos distribuyeron formando un gran círculo, mirándome atentamente, mientras yo caminaba hacia el centro donde Chax me estaba esperando. Sus ojos eras intensos, viendo cada uno de mis pasos. Mis nervios estaban a flor de piel, a punto de romperse. Miré más allá de él.
¿Debería correr? No. Yo hice este desastre; depende de mí arreglarlo.
Esos ojos verdes, siempre persiguiéndome. Gracioso, me asustaban hasta la muerte hoy día. Sabía que la presencia de Chax no era negociable, pero aun así yo hubiese preferido otro par de ojos mirándome. Alguien más esperando que metiera la pata, perdiera el control y me convirtiera en algo inaccesible. He visto esos ojos verdes sin misericordia, mientras él rebanaba la cabeza de otro hellhound. Ahí no habría piedad para mí tampoco. Solo esperaba que mi encanto pudiese alcanzarme. Esperaba vivir otro día.
Alrededor de tres pasos de él me detuve y me preparé a mí misma para esto.
Tú nunca has huido de una batalla, no empezaras a hacerlo ahora.
No, soy lo suficientemente fuerte para esto.
— Tendrás que perder el control con el propósito de convertirte en un revelado — indicó Chax, sus ojos serios comenzaron a poner mis nervios de punta.
Asentí, comprendiendo que nuestras emociones eran lo que gatillaba la conversión en hellhounds revelados. Él dio un paso atrás dentro del círculo y yo no pude evitar mirar alrededor de todos ellos. Caras familiares estaban mirándome, pero nadie más.
¿Dónde está este encanto?
Miré más allá de él, aún nada.
Demonios, ¿Está retrasado o algo?
Y ahí se fueron sus primeras impresiones; él ni siquiera estaba a tiempo para mi conversión. Ahora, esa es la manera de impresionar a una chica. Claramente nosotros estábamos teniendo un muy mal comienzo.
— ¿Dónde está…? — quise preguntar, pero Chax me cortó.
— Gracias a ti, tus amigos murieron ayer — Él me recordó casualmente.
Yo estaba a punto de decirle que era imposible olvidar eso cuando Rafael me lanzó:
— Gracias a ti, miles están a punto de morir.
Una lágrima resbaló de mi ojo izquierdo.
Ahora ese es un golpe bajo.
— Gracias a ti, cada niño en este mundo está en peligro — continuo Miguel.
Algunas lágrimas más resbalaron por mi mejilla, un pequeño sollozo se me escapó.
Ellos realmente iban a morir ¿no?
— Nos has fallado, Kasadya — dijo Vulcan, un golpe fue directo a mi corazón causando que mi cuerpo se estremeciera.
— Yo — Traté de explicarme, pero fui cortada por Ariel.
— Tú solo no te has deshonrado a ti misma y a tu equipo, sino también a tu compañero — sus ojos perforaban los míos y entonces lentamente viajaron hasta su izquierda.
Mis ojos siguieron los de ella y mi respiración quedó atrapada en mi garganta.
Ojos verde esmeralda estaban mirándome, esperando por mí. Esos ojos que no mostraban ninguna misericordia al matar. Ojos que invocaban mis miedos.
Demonios, mi día solo se puso peor.
¡No Chax! ¿Por qué? ¿Cómo? ¡Imposible!
— ¿Tú? — le pregunté, miles de preguntas corriendo dentro mi mente.
¿Cómo no vi esto venir?
Quiero decir, seguro porque no Chax. Nos odiábamos el uno al otro. Y a pesar de todo mi subconsciente gritó mentirosa. OK, yo posiblemente no lo odiaba, pero estoy segura como el infierno de que no pensaba en él de ninguna manera amorosa. ¡Mentirosa! Mi subconsciente gritó de nuevo. Oh, esto no es bueno, eso realmente no es bueno. Él estuvo ahí, sin responder mi pregunta. Y entonces una muy válida pregunta vino a mi mente.
— ¿Por cuánto tiempo lo sabes? — pregunté, mis lágrimas se habían detenido en el momento en que mis ojos cayeron sobre él, pero mi rabia estaba ahí para tomar el lugar que dejó mi pena.
Intensos ojos verdes nunca dejaron los míos.
— Desde el momento en que te miré a los ojos — respondió, mientras cada una de las sesiones de entrenamiento venían a mi mente.
Si él lo sabía, ¿Por qué me había tratado de esa manera?
— ¿Y aun así me lastimaste una y otra vez? — pregunté con una voz que nunca había oído antes. Era una mezcla entre rabia y dolor, bordeando algo más.
— ¿Cómo podrías haber sobrevivido si no lo hacía? Soy tu Custos, y es mi responsabilidad garantizar que tú estabas preparada para la batalla — respondió, sus ojos no reflejaban remordimiento ni nada.
Él aún cree que está bien, que yo debería de entender. ¡Cómo se atreve!
— ¡Tú sabias todo este tiempo! ¡¿Entonces por qué demonios apartaste tu trasero y huiste lejos cuando te besé?! — Le grité, rabia tomando el control, abasteciendo mi fuerza.
No me importaba una mierda si los demás estaban alrededor de nosotros.
Quiero decir, vamos; se suponía que él es el macho por aquí. ¿Dónde demonios se fue todo ese coraje cuando lo besé?
Vi el impacto que mis palabras tuvieron sobre él; lo lamentaba por lo menos. Y entonces, como un interruptor, volvió a los negocios.
— Aparentemente a ti te gustaba perder el tiempo con demonios, ¿entonces por qué tendría que haberme quedado? — dijo casualmente.
Y el clavo del ataúd fue golpeado de golpe hacia abajo sin ninguna oportunidad de detenerlo[1].
Era como volver a casa y oler las flores de mi madre, familiar y bienvenido. Crecí en tamaño, alto y más alto. Sentí los cuernos en mi cabeza palpitando de dolor. Sentí más vibraciones en mis alas y en mis huesos. Escuche material desgarrándose, pero no sentí el aire fresco sobre mi carne. Finalmente, mi visión se volvió roja. Sentí como el rugido crecía dentro de mis pulmones y se liberaba. Fue lo último que escuche, el sonido de un monstruo al ser revelado.
[1] Originalmente dice “And the nail to the coffin was slammed straight down without even a chance of stopping”. The nail to the coffin se puede traducir como “la gota que colmó el vaso”.