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Archive for noviembre 2016


Kasadya Hellhound Born



Hola!! Les traigo el tercer capítulo del 3° Libro de Kasadya Hellhound, de Karen Swart.
Muchas gracias por sus comentarios!!! Son el motor para seguir con esta traducción, asi que adelante!! y escriban lo que piensan de los acontecimientos que se van desarrollando en la trama.

Espero que lo disfruten y nos estamos leyendo.

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Capítulo 3 (Parte 1)


Me desperté temprano en la mañana porque alguien estaba hablando afuera de mi habitación. Me paré, y me quedé callada para escuchar la conversación.

— Nunca había escuchado nada parecido. ¿Es esto parte de la divinidad? — Chax le preguntó a alguien.

— Creemos que tiene que ver con algo como eso. Pero en esta etapa no tenemos mucho para continuar. Tengo miedo de que los hellhounds podrían interferir con lo que está pasando.
Eso sonaba como Miguel.

— No tienes que temer por eso. No más. Yo debería detectar otro contacto y lo desviaría antes de que no la toque. No permitiré que soporte más de lo que ya está enfrentando.

Sonreí ante eso. Había mucho que aun necesitaba aprender de Chax. Él era una persona difícil para descubrir. En un momento estaba todo muerte y desmembramiento, y al próximo hacía algo que me desestabilizaba completamente.

— ¿Estás seguro? Si ella tiene que hacerse cargo de otro sufrimiento, no lo logrará.

Ahora eso atrapó mi atención. Mi mente volvió a la pelea. Es verdad, sentí su sufrimiento, cada cortada y cada puñalada era transmitida a mí. ¿Cómo era eso posible? Solo esperaba que no terminara en mi muerte. Me mantuve callada y camine hacia la puerta, quedándome cerca para escuchar.

— No lo permitiré Miguel, tienes mi palabra. Nuestro vínculo está haciéndose cada minuto más fuerte. Eso no será un problema — Chax continuó.

— Entonces lo dejaremos en tus manos. Nosotros, sin embargo, estamos teniendo problemas encontrando a los príncipes. ¿Tienes alguna sugerencia? — preguntó Miguel.

Me di la vuelta y me apoye en la puerta. Si, esto era demasiado. ¿Cómo voy a encontrar a Kali y Ballen? Necesitaba detenerlos antes de que el infierno se rompa y se pierdan miles de vidas. Es tiempo de crecer Kas. Es tiempo de arreglar el desastre que dejaste. 
Con una profunda respiración, abrí la puerta. Los encontré a ambos sentados en los sillones, mirándome mientras entraba a la habitación.

— Necesito mis espadas y un nuevo traje de pelea. Tenemos que detenerlos antes de que rompan la pared — los interrumpí antes de que pudieran decir una palabra.

Chax y Miguel se miraron entre ellos por un momento y luego asintieron.

— Veré que puedo hacer — dijo Chax, teletransportándose y dejándome sola con Miguel.

Él me estaba mirando con una sonrisa en su rostro.

— ¿Qué? — pregunté, ligeramente a la defensiva.

— ¿Estas lista para esto Kasadya? — preguntó.

Lo mire mientras se levantaba y se ponía de pie frente a mí.

— Sí — respondí sin vacilar.

Asintiendo, se dio vuelta y caminó algunos pasos lejos de mí.

— Si tú aseguras la victoria, nosotros estaremos contigo — declaró, centrado en mí.

— Gracias — respondí agitada, cambiando el peso de un pie a otro.

Yo estaba más que malditamente lista. Arreglaría esto.

— Bien. Me encargaré de arreglar lo que necesitarás para este viaje. Anda a vestirte y prepárate — se teletransportó dejándome sola.

Fui a la ducha y lavé mis dientes y mi pelo. Cuando salí, Chax estaba parado en la ventana mirando hacia afuera. Él ya estaba vestido en sus clásicas ropas de lucha. Pero hoy sus jeans negros abrazaban su trasero de una manera que hacía difícil poder mirar hacia otro lado. Moví mi cabeza para aclararme.

— ¿Pudiste encontrar ropa nueva? — pregunté mientras él se daba la vuelta.

— Si, sin embargo creo que tu madre no está de acuerdo. Pero, sé que no aceptarías otras — respondió poniéndolas sobre la mesa.

Intrigada, me acerqué y vi el brillo de cuero negro. Al instante me sentí mejor solo viéndolo.

— Gracias — respondí, volviendo a mi habitación para vestirme.

Él eligió un muy lindo conjunto. En vez de un corsé tipo top, este se veía más como una chaqueta ligera, con múltiples fundas para guardar las armas. De hecho, este era mejor que el otro que él destrozó. Tuve carne de gallina por pensar en eso. Yo aún tenía mis botas rompe cráneos, así que el nuevo look era bastante lindo. Bueno, excepto por mis espadas. Vestida, volví a la sala.  

— ¿Mis espadas? — le pregunté.

Él se dio la vuelta y camino hacia una caja negra en otra mesa.

— Tenía otras espadas hechas para ti. Pensé que un cambio general sería mejor que lo que tenías antes — se dio vuelta con dos espadas en sus manos.

Molesta y trabajando en salir de mi irritación, me acerque y las tomé de él. Mi humor no muy feliz cambio instantáneamente.

¡Demonios! Eran hermosas.

Las levante y las hice oscilar para poder sentirlas. Perfectas. Tenían una extraña empuñadura que con cada ajuste de mis manos parecía magia. Sabía que tenía una gran sonrisa en mi cara, pero no podía evitarlo.

— Si las das vueltas así — él repentinamente dijo detrás de mí, sus manos me alcanzaron y dieron vuelta las espadas para que las hojas apuntaran hacia mí. En este ángulo, sería fácil apuñalar a alguien detrás de mí.

— El manejo está diseñado para que la empuñadura de una de ella no cambie. Serán más fáciles si es necesario hacer un movimiento — asentí con mi cabeza en entendimiento.

Sentía como si un gran nudo estuviese en mi garganta y haciendo que fuese difícil tragar.

— Yo también les hice un grabado. Empieza en la base y sigue por un lado de la hoja — él movió uno de sus dedos sobre la inscripción y mientras lo hacia lo leí.

“In deo speramus, caelitus mihi fortitúdinem”.
En Dios confiamos, con la fuerza del cielo en mí.

Una lágrima de uno de mis ojos hizo su camino abajo por mi mejilla.

— Gracias — le susurre.

Él se alejó y camino hacia la puerta. Rápidamente me limpie la lagrima y me recompuse a mí misma. Él estaba esperándome cuando me di la vuelta.

— Es un placer Kasadya. Ahora comencemos — abrió la puerta y salió afuera.

Lo acompañe y me detuve fuera de la puerta. Parados en el exterior estaba mi equipo, todos vestidos y listos. Y con ellos todos los arcángeles usaban lo que parecía ser su equipo de batalla. Placa dorada cubría su tórax. Sus alas estaban equipadas con el mismo tipo de armadura, y podría jurar que la había visto en algún dibujo. Era la armadura de los ángeles. Los mire a todos, mis ojos viajando de uno a otro. Todos me sonreían, esperando que me uniera a ellos. Chax los alcanzo, y se dio vuelta a mirarme.

— Los demonios lores estarán bien protegidos y es por esto que necesitamos defenderte para que completes tu divinidad — dijo Chax.

Con estas palabras, una gran pulsación se sintió en el aire y miles de caídos se teletransportaron simultáneamente. Estaba conmocionada. Viéndolos a todos unirse a mi equipo era abrumador.

¿Qué demonios?

— Juntos nos aseguraremos de que se haga la voluntad de Dios, y protegeremos mejor el futuro — dijo Thonyn, asintiendo hacia mí.

Wow.

Lágrimas corrieron libremente por mis mejillas, y con ellas Chax proyectó sentimientos para tranquilizarme. Camine lentamente hacia ellos, deteniéndome frente a mi padre y mi madre.

— Kas, puedes hacerlo — dijo mi padre con un asentimiento.

Asentí de vuelta, incapaz de hablar aún.

— Y saldrás victoriosa — continuó mi madre.

Asustada, estaba a punto de romperme. Asentí rápidamente y camine hacia Chax y Miguel, quienes estaban esperándome.

No puedo creer esto.

Ellos deberían estar enojados conmigo. Deberían echarme lejos, o algo. En camino, todos (incluso aquellos que pensaba me querían muerta y enterrada) estaban aquí para ayudarme. Otra vez, subestime a los Caídos. Esto solo probaba cuan gravemente necesitaba detener esta guerra.

Me detuve en frente de ellos, mirando a Chax mientras él me daba una pequeña sonrisa.

— Arcángeles y líderes de equipo — dijo Miguel en voz alta.

Me di la vuelta para ver a los arcángeles y líderes de equipo caminar al centro del claro en frente a los demás. Todos estaban mirando a Miguel.

— Busquen por todo el planeta, encuéntrenlos a toda costa — instruyó.

Y con esa orden, los líderes junto con su equipo empezaron a teletransportarse. Él se dio vuelta para enfrentarme.

— Nuestros exploradores nos notificarán en el momento en que encuentren a un príncipe demonio. Debes destruirlos si eso sucede, no solo por la divinidad sino que también para salvar el mundo.

Asentí, lista para hacer lo que sea necesario.

— Hoy empezaremos por Roma — dijo Chax, con un asentimiento a Miguel, antes de teletransportarnos.

De todos los lugares, aterrizamos en el Coliseo.




3° Libro - Capítulo 03 (Parte 1)

Publicado por: engel.must 6 Comentarios

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