imagenes
Archive for 2016
Kasadya Hellhound Born
Hola!! Les traigo la segunda parte del 3° capítulo del Libro de Kasadya Hellhound Born, de Karen Swart.
Perdón por la demora, pero es que no tengo tiempoooo!!
_______________________________________________________________________________________________
Capítulo 3 (Parte 2)
De todos los lugares, aterrizamos
en el Coliseo.
— Tenemos que cubrir toda
la cuidad. Dispérsense y busquen en parejas. Si encuentran algo, avísenlo por
Corra — instruyó Chax, en el momento en que la teletransportación terminó.
Mire a los otros. Max y
Nanini estaban de pie lejos el uno del otro. Y Nanini no lucia muy feliz en lo
absoluto. Caim y el nuevo hellhound femenino estaban juntos, sonriéndose el uno
al otro. Yo estaba agradecida de ver que Chax y yo no éramos los únicos con
problemas en adaptarse.
Con una última mirada Max
asintió con la cabeza y se teletransportó con Nanini.
Pronto, solo quedábamos
Chax y yo. Mire hacia Chax, lista para empezar. Nos teletransportamos a un
callejón y empezamos a caminar por la calle.
— ¿Cómo es que todos
están ayudándome después de que lo arruine tan mal? — pregunté cuando nos
adentramos a la calle.
— Nosotros siempre
estuvimos juntos Kasadya; siempre hemos querido proteger el mundo — respondió.
Yo no tenía una respuesta
a mano, de hecho, medite profundamente sus palabras. En realidad, todos tenemos
la misma causa, pero, estaba segura que no todos habían saltado por esa razón.
— ¿Tú lo planificaste? —
pregunté finalmente.
— No. Miguel y los otros
lo organizaron mientras tú dormías — respondió.
Pensé a cerca de esa
pieza de información. Realmente no creía que todos ellos vendrían en mi ayuda.
Es más probable que Miguel hubiese llevado a cabo algún tipo de trato. Sin
embargo, estaba agradecida. Tenía que arreglar esto antes de que el día de
juicio final ocurra.
Caminamos por las calles por lo que parecieron horas. Nada
excepto un humano ordinario o dos pasaron. Era casi como si los demonios no
estuviesen en la tierra. Pero, conociéndolos, les era imposible mantenerse
alejados, necesitaban alimentar su pecado.
Chax se detuvo en frente mío, entonces
me moví a su lado. Él estaba mirando a dos tipos caminando por el callejón y justo
frente a ellos estaba una chica un poco más jóven que yo. Me dio carne de
gallina por todo el cuerpo, y sabía muy bien que eso no era bueno. Me moví
hacia adelante, pero Chax puso su mano en frente de mí deteniendo mi avance.
Confundida, lo miré.
— Los seguiremos, veremos
cuáles son sus planes y entonces necesitaras empezar a confiar en la cosa que
hablamos — dijo en voz baja.
Eso sonó realmente raro, pero ok.
Asentí y comenzamos a
seguirlos en silencio. La chica seguía mirando detrás de ella, sentía que no
estaba sola y que estaba siendo seguida.
¡Buena chica!
Estaba orgullosa de que ella no estaba solo
paseando por la calle, sino que también era consciente de su entorno. Repentinamente ella hizo un movimiento muy estúpido y se metió en un pequeño
callejón.
— Imbécil — gruñí,
comenzando a desenfundar mis espadas mientras avanzaba más rápido.
Chax no me detuvo, de
hecho, lo sentí aumentar su paso para mantener el mío. Los dos tipos entraron
en el mismo callejón.
— ¡Maldición! — dejé
salir con frustración.
¡Chica estúpida! ¡¿Qué mierda está haciendo?!
Alcanzamos el callejón y entramos,
lo que vimos nos hizo a ambos detener nuestro avance. Ahí, frente a
nosotros, estaban los cuerpos de los dos tipos en el piso, sus cabezas cortadas.
Miré como la chica levantó unas espadas de sus manos y para colmo, dos grandes
alas se levantaron detrás de ella.
— ¿Qué mierda? — exclamé.
Estaba anonadada, clavada
en el lugar por el espectáculo enfrente de nosotros. Ella nos miró con sus ojos
amarillos escaneando, de uno a otro, probablemente tratando de entender que
estábamos haciendo.
— Chax — murmuré.
Lo miré por alguna clase
de explicación
— Estoy viendo, Kasadya —
respondió, mientras enfundaba sus armas.
— ¿Quién eres? — demandó
la chica, no moviéndose de su posición de ataque.
— Somos caídos, pequeña.
Ahora déjame preguntarte, ¿Quién eres tú, y dónde está tu custos? — la
interrogó Chax.
El alivio en su cara era
visible incluso desde donde yo estaba parada en la oscuridad.
¡Demonios! Ya sabía la respuesta.
— ¿Te separaste y te
perdiste cuando los demonios atacaron, no es cierto? — pregunté, moviéndome
adelante.
Ella estaba aliviada,
pero seguro como el infierno que no estaba lista para que nos acercáramos a
ella. Levantó sus espadas, lista para pelear.
— No te haremos daño.
Déjanos ayudarte — dijo Chax, al mismo tiempo en que tomaba un alarmante paso
en su dirección.
— ¡Si, bueno! ¡¿Dónde
demonios han estado en los últimos dos años?! — exclamo.
Claramente estaba
enojada. Entendible, dado el hecho de que ella tuvo que sobrevivir sola todo
este tiempo.
— Pensábamos que todos los
jóvenes habían sido contabilizados. Me disculpo si te fallamos. Danos una
oportunidad de rectificar nuestro error — continuo Chax, pero desde mi punto de
vista era bastante claro que ella no iba a hacerlo.
— Ok, mira. Sé que estas
enojada. Yo también lo estuve, y de hecho, aun lo estoy. Pero tenemos mayores
problemas esparcidos por el mundo. Si hubiésemos tenido que andar persiguiendo
a hellhounds perdidos, estaríamos malgastando tiempo valioso. Y créeme, no
quieres estar sola y ser un Caído cuando la tierra se venga abajo — intercedí.
— Kasadya — me reprendió
Chax.
Yo solo lo rechacé.
— ¿Funcionó conmigo? — le
pregunté en su lugar. Él sacudió su cabeza.— ¿Entonces por qué
pensaste que funcionaria con ella? — continué.
Él me sonrió y entonces
miro a la chica
— Buen punto.
Sintiéndome toda aturdida
sobre lo que acababa de hacer, yo también la miré. Ella bajó sus espadas e
inhaló profundamente, mostrando finalmente lo nerviosa que estaba.
— Ok, estoy escuchando —
dijo, mientras guardaba sus espadas dentro de lo que parecían ser fundas hechas
a mano.
Yo solo moví mi cabeza.
Debería de volver y patear los traseros de todos.
— Vamos, es tiempo de que
te unas a tus parientes y empieces a pelear en la guerra — dije, dándome vuelta
y saliendo de ahí. No le iba a rogar. Chax dudo por un segundo pero luego
comenzó a seguirme.
— ¡Esperen! ¡Maldición!
Ok, ok — farfulló detrás de mí, mientras una pequeña sonrisa aparecía en mi
cara.
No tenía idea donde había
aprendido a lidiar con adolecentes, pero aparentemente lo había hecho.
— ¿Cuál es tu nombre? —
le pregunté, sin mirar atrás.
— Raven — respondió, al
lado mío.
Mire abajo, hacia ella —
¿Cuántos años tienes? — continúe.
Chax estaba esperando,
dejándome tomar el control.
Realmente esperaba tener el control.
— Dieciocho. ¿Dónde
vamos? — preguntó.
Me detuve y mire el club
que estaba cruzando la calle.
— De caza, Raven. Solo
quédate callada y déjanos hacer el trabajo. Si algo pasa, trata de no
apuñalarnos — gruñí e irrumpí hacia adelante, poniendo una sonrisa cuando pase
al guardia.
— Ok, lo que sea — Raven
lanzó de vuelta.
Me detuve y la mire furiosa. Por la esquina de mi ojo, capté a
Chax tratando de mirar a otro lado para ocultar su sonrisa.
— Raven, si quieres
sobrevivir para ver Exsilium, te sugiero que escuches. Sobrevive a esto y serás
útil — respondí con irritación.
Casi me pegué a mí misma
cuando me di cuenta de lo que había dicho. Miré a Chax otra vez, gran sonrisa
fue todo lo que necesité para lanzar mis manos al aire e irrumpir dentro del
club.
— ¿Ella siempre está tan
tensa? — escuché como Raven le preguntaba a Chax.
— No, no realmente —
respondió Chax.
Me di la vuelta y los
mire intensamente.
— No estoy tensa. Solo no
creo que esto sea una broma — les arrojé.
Me di vuelta, no
interesada en sus respuestas.
— ¡Diablos! Debe ser el
cuero — replicó Raven sin aliento.
Hombre, yo debería haber cerrado mi boca y dejar que
ella y Chax lo resolvieran.
— Quizás — él respondió,
ahogándose de la risa.
¡Argh! Agarre
a un tipo frente mío y lo empuje lejos mientras miraba alrededor.
— ¡Nada! — Yo estaba
irritada con Raven y toda la maldita situación.
— A su debido tiempo,
Kasadya — dijo Chax, a mi lado una vez más.
— No tenemos tiempo — le
recordé.
¡Hola! ¡Demonios, artefactos, gran explosión!
— Los lores nunca se han
mostrado en público, al menos tienen algo de crédito por eso — continuó Chax.
¡Oh, simplemente genial! ¿Cómo los mato si no puedo
encontrarlos?
— ¿A esto le llamas ir de
caza? — se quejó Raven a mi derecha.
Le di a ella una de las
miradas estilo Chax.
— Se te van a salir los
ojos ¿sabes? — dijo ella, encontrándose con mi mirada.
¡Eso es todo! ¡La voy a
matar!
Chax se puso entre nosotras en un segundo, su mano en mi
hombro. Sus sentimientos reemplazando mi rabia, pero desgraciadamente antes de
eso sentí su diversión. Le fruncí el ceño, no demasiado impresionada.
— Vamos, llevemos a Raven
a Exsilium y nos instalamos — sugirió Chax.
— Bien — murmuré, aun
irritada con el intercambio entre ella y Chax a costa mío.
— Afuera — ordenó Chax, pasándome
para liderar el camino mientras Ravel iba detrás de él.
Una vez afuera, caminamos
hacia un callejón silencioso y nos detuvimos.
— Raven, vas a tener que
tomar mi mano — dijo Chax mientras le ofrecía su mano a ella.
Ella miró su mano como si
el hecho de tocarlo fuera algo horrible.
— ¡Por lo que más
quieras! — exclamé mientras irrumpía hacia adelante, agarraba su mano, sin
pensarlo, nos teletransporté a la casa de Chax y no a la cabaña donde nos estábamos
quedando.
¡Al infierno con eso también!
Aterrizamos en la puerta
del frente y deje ir su mano, irrumpiendo adentro.
— ¡¿Qué infiernos acabas
de hacerme?! — bufó hacia mí.
Me di la vuelta para
mirarla y la encontré en el piso, vomitando.
Seee, mi noche solo se ponía mejor.
Chax se teletransportó,
claramente descontento conmigo.
— Te estabas demorando
mucho — dije mientras lo vigilaba.
Moviendo su cabeza, se
agachó para ayudar a Raven a levantarse.
— ¿Siquiera se te ocurrió
que ella podría nunca haberse teletransportado? Nadie le ha enseñado, Kasadya —
replicó, su voz claramente decepcionada.
Él la tomó en sus brazos
y camino hacia la casa.
Maldición, no pensé en eso.
Los seguí dentro de la
casa. Fue directo a la sala y la acostó en el sofá.
— ¡Ey! ¿Qué pasa? —
preguntó Nanini, mirando de Chax a la chica en sus brazos, quien actualmente se
veía del color de la leche.
— Ella me conoció esta
noche — anuncie, sonriéndole rápidamente a Nanini quien estallo en carcajadas.
— ¡Kasadya! — exclamó
Chax.
¡Si, lo sé! ¡Detente!
Max apareció, bajando las
escaleras y se paralizó cuando me vio abajo. Mi humor cayó en picada como un
avión descendiendo del cielo. Max. Miré a Nanini, quien parecía repentinamente
enojada con él, entonces le dio la espalda. Él se quedó parado ahí, como si
estuviese inseguro de que hacer.
Extraño ni siquiera se le acercaba a esto. Oh,
infiernos, ¿Ahora qué?
Fin del Capítulo 3