imagenes

imagenes

Archive for enero 2018


Kasadya Hellhound Born



Hola!! Les traigo el décimocuarto capítulo del 3° Libro de Kasadya Hellhound, de Karen Swart.
Muchas gracias por sus comentarios y espero que sigan escribiendo.



_______________________________________________________________________________________________


Capítulo 14 (Parte 1)








Todos fuimos al centro. Simplemente había mucha gente para intentarlo en la casa de Chax.

Después de la explicación, en detalle, de lo que exactamente estábamos enfrentando, todos se nos unieron para tratar de prevenir nuestra destrucción. Incluso los humanos estaban corriendo alrededor reuniendo apoyo. Les dije que no veía ningún humano en la batalla pero ellos seguían insistiendo. Incluso Chax estuvo de acuerdo. Así que, aquí estábamos, en una mesa enorme, construida a toda prisa, tratando de pensar en una estrategia mejor que la de nuestros enemigos. 

Vulcan vino con una muy buena idea: hacer trampas explosivas en el área donde ellos aterricen, antes de que nosotros entremos en escena. Eso era lo que los humanos estaban haciendo. Los helicópteros estaban volando de ida y vuelta sobre la locación, mientras los humanos preparaban el espacio que yo les dí como campo de batalla. Tenían tantos explosivos, que estaba empezando a preocuparme de que alguien saliera herido en el proceso.

― Necesitamos más C4. ¡¿Max, dónde diablos estás?! ― Don irrumpió en el patio, que había sido preparado previamente como nuestra área de entrenamiento.

― ¿Alguien ha visto a Max? ¡Ha cerrado la maldita habitación donde está todo el C4!

Claramente Max no estaba muy entusiasmado en perder todo su C4.

― Lo vi irse con Nanini hace un rato. No lo he visto desde entonces ― respondió Vulcan.

Don se fue como un tornado.

― La tensión está creciendo ― comentó Chax.

Estaba de acuerdo con eso. Hace como una hora atrás, tuvimos que separar a dos Caídos.

― Ellos necesitan enfocarse ― dijo mi madre. Mi padre asintió en acuerdo.

― Vamos, están muy estresados por lo que va a pasar. Denles un poco de holgura ― dijo Melissa entre bocado y bocado de helado.

Yo aún no podía superar todo el asusto del embarazo. Cuando me la encontré, no pude evitar mirarla por segunda vez.

Su pancita ya se estaba mostrando. Y hombre, ella estaba gruñona. Pobre Amon, casí lo muerde cuando dijo que no podía seguir comiendo helado. Se teletransportó lo más rápido que pudo después de eso, podría jurar haber visto humo saliendo del lugar donde él estaba.

― Vamos a continuar. Kas, tú tomaras el liderazgo con los hellhounds. Es importantísimo que el encanto de cada hellhound corte todas las emociones cuando la batalla comience.

― Eso también es muy peligroso ― dijo Maia mientras bebía una taza de café, su sexta taza para ser exactos.

― Lo entiendo, pero como Kas estaba explicando, ellos necesitan transformarse en revelados para infligir el mayor daño posible ― respondió Vince, mirando nuestro plan de batalla.

Pude ver que muchos de ellos no estaban felices con esta decisión, pero no tenían muchas opciones.

― Miren esto ― llamó Raven, mientras entraba saltando.

Tuve un momento difícil convenciendo a Caim y a Zurita en incluirla en esto. Fue chistoso ver como ambos eran tan sobreprotectores con ella. En solo unos pocos días, Raven se metió en sus corazones y los instintos paternales los habían golpeado. Y me refiero a que realmente los golpearon. Caim y Zurita estaban siempre al lado de ella, no la dejaban fuera de su vista. Caim estaba justo detrás de ella, mientras que Zurita estaba a su izquierda.

― ¿Qué es? ― preguntó Melissa.

― Bueno, Ben y Abby están haciendo las esferas, así que pensé que podría fabricar algo donde ponerlas. Ellas irían aquí y así tú puedes amarrarlo alrededor de tu muslo o algo así. De esta manera se puede tirar esto hacia afuera y lanzarlas ― ella estaba radiante mientras nos mostraba una especie de bolsa hecha de cuero con correas a los lados. Incluirla en las preparaciones para la batalla era justo lo que necesitaba.

Encontrar un lugar en el mundo podía ser muy duro, pero ya se veía que ella iba a encajar bastante bien.

― Gran idea Raven, ¿pero qué pasa si alguien se cae con las esferas atadas a sí mismo? ― preguntó Vince, haciendo rodar un lápiz entre sus dedos.

Un hábito que tenía desde el principio, el cual me desconcentraba un poco, pero ahora estaba realmente sacándome de quicio.

El rostro de Raven decayó y pude ver como la idea la entristecía.

― Tuviste una gran idea. Tenemos que ser capaces de cargarlas y lanzarlas. Ahora tienes el prototipo básico, todo lo que debes hacer es encontrar una manera de solucionar el problema ― la alenté.

Ella me miró y su rostro mostró determinación ― ¡Lo tengo! Estoy en eso Kas.

Los vi mientras se iban nuevamente.

― Estas mejorando con ella ― susurró Chax al lado mío.

Lo miré y le sonreí.

― Ella aún es un dolor en el trasero, pero creo que va a ser grandiosa algún día ― él se rió un poco con eso y se volvió hacia Vulcan y Anna Belle para mirar el plan que tenían frente a ellos.

Estaba comenzando a sentirme cansada. Me había desgastado al hacer trabajar mi cerebro todo el día.

Café, necesito café.

Pero más importante, necesito encontrar a Ben y necesito encontrarlo solo.

― Chax, voy a ver a Ben y a Abby. Vuelvo enseguida ― él asintió y yo me teletransporté a la casa.

Caminando por la sala de estar, traté de pensar en una forma de deshacerme de Abby y así poder hablar con Ben a solas. Necesitaba persuadirlo para que hiciera una esfera especial para mí. 

Pasé por la puerta del laboratorio y bajé. Lo encontré con Abby, cada uno en una mesa. Ben estaba apretando las teclas de un computador, y Abby estaba examinando una esfera. Las mesas junto a ellos estaban llenas de contenedores.

― Hola chicos, ¿cómo va todo? ― me detuve al lado de la mesa de Ben.

― ¡Oh, fabuloso! Tenemos la formula correcta y la estamos probando en unas nuevas esferas. Ellas funcionan como un encanto ― Abby me sonrió llena de alegría.

― Aun necesitamos encontrar una manera de proteger a los Caídos que las llevaran consigo ― murmuró Ben, sin despegar la mirada de su computador.

― Si, Raven está tratando de desarrollar algo para que podamos cargar con ellas, pero se encontró con un problema que necesita resolver primero ― respondí mientras miraba el laboratorio, aun pensando en una manera de deshacerme de Abby.

― Bien, Raven necesita distraerse y eso podría ser bueno para ella. Estaba empezando a aburrirse, sentada por ahí todo el día ― respondió Abby, moviendo los interruptores de una máquina y poniendo un tubo con un líquido rojizo oscuro en ella.

― ¿Qué tal si lo intentamos con un poco de silicona en la base, alrededor de ellas? ― le dijo a Ben.

Él levantó la mirada y comenzó a pensar.

― No, podría suavizar el impacto cuando las esferas llegues al objetivo. Es necesario que sea fuerte y rompible a la vez. Pero no como el cristal que usamos para crearlas ― respondió después de un momento.

Él bajó su cabeza de nuevo y comenzó a apretar las teclas del computador.

― ¡Maldición! Esto se pone más difícil a cada minuto ― se quejó Abby y caminó con paso aireado de vuelta a su mesa.

― ¿Abby, por qué no vas y nos preparas unas tazas de café? Lo intentaré y pensaré en algo que los pueda ayudar ― le sugerí.

Ella asintió y subió las escaleras. Cuando pude oír la puerta cerrándose, agarré el brazo de Ben.

― ¿Qué…? ― comenzó a decir, sorprendido.

― Necesito un favor, pero nadie puede saber de esto. Tiene que quedar entre tú y yo.

Sus ojos se volvieron grandes ― ¿Qué estás planeando? Kas, no es bueno que intentes hacer algo sola… 

― Lo sé Ben, pero esto es algo con lo que nadie puede ayudarme. En mi visión, yo era la única capaz de hacerlo. Pero si Chax o Max lo averiguan, trataran de hacerlo y fallarán. Ben, si ellos lo intentan y fallan, todos moriremos ― necesitaba que entendiese que esto no era negociable.

Me observó por un segundo o dos, luego asintió.

― Esta bien ¿Qué es lo que necesitas? ― él no estaba feliz, pude verlo claramente.

― Necesito algo diez veces más potente que esas esferas. Necesito ser capaz de derribar dos rascacielos a la vez.

Eso captó su atención y podía ver como se estaba volviendo loco.

Pero entonces, él me miro y solo asintió ― Veré lo que puedo hacer. Kas, solo no termines muerta, eso es todo lo que pido ― sus ojos me suplicaban silenciosamente.

― No lo haré, lo prometo ― le mentí.

Hacía daño tener que mentirles a mis amigos, pero sabía que cada uno de ellos saltaría a detenerme. No tenía elección.

― Gracias Ben ― lo alcancé y lo acerqué, dándole un abrazo.

Él me abrazó de vuelta, soltándome cuando escuchamos que Abby abría la puerta. Él me dio otro pequeño asentimiento y luego volvió al trabajo.

― Aquí tienen ― Abby me dio una taza y puso otra en la mesa de Ben.

― Gracias Abby. Bueno, necesito volver con los otros, así que buena suerte chicos ― les dije antes de teletransportarme de vuelta al centro.

Aterricé afuera, en el helipuerto, y fui a sentarme a una roca cercana.

El aire nocturno estaba fresco y frio, pero refrescante. Bebiendo mi café, observé lo pequeña que se veía la torre a la distancia. Aun necesitaba ir y encontrar a Nina, y tratar de incluirla en todo esto. No creía que iba a ser fácil. Ella tal vez había salvado mi vida, pero no creía que habíamos terminado siendo las mejores amigas. Contemplé un par de ideas para que ella hiciera lo que se necesitaba hacer en la batalla. Ni siquiera la había visto desde la última pelea. 
Era realmente horrible, averiguar que tu madre había traicionado a todo el mundo, y aun peor, que la había perdido. 

Decidí ir y visitarla. Revisar como estaba, asegurarme que estaba bien, y también hablar con ella de la batalla.


Continuará...

3° Libro - Capítulo 14 (Parte 1)

Publicado por: engel.must 9 Comentarios

Kasadya Hellhound Born






Hola!! Les traigo la segunda parte del 13° capítulo del Libro de Kasadya Hellhound Born, de Karen Swart.


_______________________________________________________________________________________________


Capítulo 13 (Parte 2)




Le tomó un momento recomponerse y entonces volvió a ponerse serio.

― ¿Estas segura Kasadya? ― me preguntó otra vez.

― Si, Chax ― le susurré. Poniendo nuestras manos en el corazón del otro de nuevo, nos miramos a los ojos.

― Debes repetir después de mí ― dijo, con una voz ronca. Asentí.

En el amor se ha forjado. En alma se ha unido. Siempre, hasta el final de los tiempos. Nuestros corazones y almas estarán unidas, por la eternidad, en la luz de Dios.

Con la última palabra, mi pecho comenzó a quemar. Jadeé en shock. La sensación de ardor pasó a través de la mano de Chax y sentí que lo mismo pasaba con mi mano. Viajando de nuestras manos a nuestros brazos, y entonces dentro de nosotros. Cuando finalmente se asentó, pude sentir su amor por mí, dentro de mí. Miré a Chax, y me golpeó malditamente fuerte, aspire una buena bocanada de aire.

Yo… Yo lo amaba. De verdad, realmente lo amaba.

Me acerqué a él y lo besé con todo lo que tenía. No, corrección, con todo lo que era.

Nuestra pasión se reavivó nuevamente, y me sentía frustrada porque él estuviese vestido. Caímos hacia atrás sobre la cama, y sellamos nuestro vínculo. Esta vez no era por necesidad, si no por amor.

Amaba a Chax De Luca y me aseguraría de que él lo supiera.

― Necesitamos terminar. Los demás deben estar esperando ― Chax besó mi cabeza.

Gruñendo, rodé lejos y me acurruqué con una almohada. Se rió y lo sentí salir de la cama.

― ¿Vamos a matar a un príncipe hoy? ― en realidad no estaba esperando por eso.

Lo pasé tan bien ayer que volver a la guerra y morir no era muy atractivo por el momento.

― No, hoy vamos a planear la batalla. Luxuria ha mandado un mensaje avisando que las puertas serán infringidas en dos días más.

Eso me tuvo de pie y fuera de la cama en un latido. Irrumpí en el baño y rápidamente tomé una ducha.

Mientras me estaba secando con la toalla, Chax golpeó la puerta.

― Estaré en la cocina ― y entonces sentí el cambio en el aire.

Salí del baño y agarré mis ropas de ayer.

¿Debería usar mi traje de pelea?

No, Chax dijo que no habría peleas por hoy. Me puse mi ropa y me teletransporté a mi habitación para peinarme. Cuando estaba lista, caminé hacia el hall bajando por las escaleras. La casa estaba llena de Caídos. Abby y Raven estaban en la sala de estar, riendo por algo y se quedaron calladas cuando pasé.
En la cocina encontré al resto de la pandilla, conversando y riendo.

Me senté en la mesa al lado de Chax, quien me dio una enorme sonrisa.

― ¡No puede ser! ¿Chax puede sonreír? ― de repente Nanini espetó desde el mostrador.

La miré y le di la mirada de la decepción. Pero su boca solo se abrió más y se mantuvo así.

Miré a Chax y lo encontré sonrojado. Ahogando una risita, me concentré de nuevo en ella. Y hola, ¿qué era eso? Max la estaba mirando, sus ojos brillando como diamantes.

― Touché. Estoy viendo que Max también está sonriendo ― la mandíbula de Nanini se cerró de golpe y nos dio la espalda. Pero no antes de volverse completamente roja. Max se rió. Como una verdadera risa, no una pequeña sonrisa la cual él siempre hacia. Lo miré, y mi boca se abrió sola. 

Max estaba feliz. Realmente feliz.

¿Podría este mundo ponerse aún más extraño?

Desafortunadamente para nosotros, los demás captaron el matiz de la conversación. Los chicos fueron atacados con bromas y comentarios estúpidos. Para el momento en que terminamos el desayuno, Chax, Max, Nanini y yo estábamos rojos de la cabeza a los pies. Chax incluso le lanzo una copa a Caim. Salimos de ahí, tratando de escapar de la pandilla. Chax me tomo la mano y me dio un apretón tranquilizador, el cual le devolví.

¡Esto era tan vergonzoso!

Todos terminamos en el laboratorio, donde Abby y Ben nos mostraron las esferas que construyeron y el efecto esperado.

― Creo que deberíamos ponerlas a prueba para estar seguros ― dijo Lotan.

― Estoy de acuerdo ― dijo Chax, moviendo la cabeza para que vayamos afuera.

Cuando salimos, elegimos un lugar donde el ambiente no se vería muy dañado. Ben la levanto en el aire y arrojó la primera. Explotó, el viento nos azotó de vuelta. Nos quedamos parados por un minuto, mirando la escena y el humo subiendo al cielo.

― ¿Soy solo yo o se supone que debería ser más grande? ― pregunté, mirando el pequeño círculo negro.

― ¿Lo quieres más grande? ― Ben casi se ahoga.

Me giré a mirarlo. Iba a tener que prepararlos para lo que iba a pasar.

― Imaginen todas sus batallas puestas en un solo lugar y multiplíquenlas por diez. Eso es lo que cada Caído enfrentará.

Sus ojos crecieron grandes y redondos, mientras ellos se miraban unos a otros.

― ¿Cómo lo sabes? ― preguntó Abby.

Miré a Chax, esperando por su permiso. Con un ceño fruncido, asintió.

― He tenido visiones de esto. Va a ser lo peor que alguna vez han visto. Será una masacre ― traté de explicarme.

Sus ojos eran enormes y pude ver como Nanini se movía de un pie a otro.

― Si tú lo has visto Kas, entonces necesitas mostrarnos que hacer ― dijo Max, mirándome a mí, luego a Chax.

― Estoy de acuerdo. Si poder tomar cualquier ventaja para la batalla, debemos hacerlo. Entonces, Kasadya, tú nos guías ― estuvo de acuerdo Chax con una sonrisa.

― No. La última vez que intenté hacer algo como eso, explotó en mi cara. Alguien más debe hacerlo ― no podía cambiar el pasado, pero debería estar malditamente segura de no repetirlo.

Chax se acercó a mí.

― Kasadya, esta vez no solo me tendrás a mí, y a todos los que están aquí, si no que a todos los Caídos que existen. Tienes buenos instintos, úsalos.

Su mano frotó mi mejilla.

Esto era hacer trampa, estaba usando mi amor por él.

― ¿Me dirás si algo es demasiado peligroso o no va a funcionar? ― mi voz fue temblorosa.

Me sonrió y asintió ― Siempre, Kasadya, yo siempre estaré ahí para ayudarte ― respondió.

― ¡Oh! ¡Esto se está volviendo realmente asqueroso! Chicos, me están matando ― se quejó Raven.

Los demás se rieron de ella.

― Está bien. Lo intentaré lo mejor que pueda. Vamos a necesitar un montón de cerebros. Estamos enfrentándonos contra la fuerza demoníaca más grande que la Tierra alguna vez ha visto. Y créanme, ellos estarán ahí para destruirnos ― mis manos temblaban un poco.

Chax se movió para estar al lado mio, mirando a los otros ― Necesitamos reunir a cualquiera que tenga alguna habilidad. Si eso significa traer a los humanos de Amon, que así sea. Nosotros vamos a destruirlos, no al revés ― insistió Chax.

Chax realmente era un muy buen líder. Con solo un asentimiento, los otros aceptaron los que él dijo y comenzaron a teletransportarse con una mirada de determinación en sus rostros. Chax se giró hacia mí y me arrastró en su abrazo.

― No tengas miedo. Estaré contigo en cada paso del camino ― eso no era preciso.

En mi visión, él estaba en la línea de atrás, y yo estaba en el frente.

― Desafortunadamente, no. Hay un montón de cosas en la de las cuales necesitas saber.

Y una parte muy importante que nunca te contaré.

― Ya veo. Entonces primero, hay dejar que se reúnan nuestras fuerzas y luego puedes explicarnos que es lo que se necesita hacer.

Con eso, nos teletransportó y aterrizamos fuera de la casa. Tomando mi mano, me llevó hacia la casa donde golpeó la puerta.

Una mujer pequeña abrió la puerta ― ¿Chax, está todo bien?

― Si, Cynthia esta es mi pareja Kasadya, necesitamos hablar con Vince. ¿Él está aquí?

Me miró y puedo decir que ella ya sabía quién era yo, pero aparentemente estaba más sorprendida que enojada.

― Seguro, él está adentro. Pasen.

La seguimos a un estudio donde se encontraba un hombre detrás del escritorio.

― ¿Chax? ― preguntó sin saludar, su rostro mostraba su preocupación.

― Vince, necesitamos tu ayuda.

El hombre lucia confundido, y luego le indico a Chax que continuara.

― Debes asistirnos en la guerra ― explicó Chax.

Nunca había visto cómo se iluminaba el rostro de alguien como se le iluminó a él. Claramente acabábamos de hacer un home-run.



Fin del Capítulo 13

3° Libro - Capítulo 13 (Parte 2)

Publicado por: engel.must 5 Comentarios

Kasadya Hellhound Born



Hola!! Les traigo el trigécimo capítulo del 3° Libro de Kasadya Hellhound, de Karen Swart.

Espero que lo disfruten.


_______________________________________________________________________________________________


Capítulo 13 (Parte 1)





Nuestro beso se hizo más profundo, él liberó mi mano para que la suya acompañara a su otra mano en mi espalda, presionándome más cerca de él. Un gemido débil se me escapó y me sonrojé. 

Él debe haberlo escuchado o sentido, porque pude sentir su sonrisa extenderse contra mis labios. Lentamente, levantó su cabeza solo algunos centímetros de mí y se detuvo a mirarme.

― ¿Te he dicho cuántas veces has detenido mi corazón estos últimos dos días? Cuando estabas desaparecida y sentí tu dolor, casi pierdo años de disciplina ― dijo, acariciando mi rostro.

― Y cuando me teletransporté ahí y te vi atravesada con esas espadas, lo perdí. Nunca antes había querido matar tanto a alguien, hasta ese momento. ¿Entiendes lo que significas para mí? ― me besó de nuevo, y esta vez dejó libre sus sentimientos, canalizándolos hacia mí.

Yo no sabía que las rodillas podían debilitarse tan rápido.

Él estaba rompiendo todas las barreras que yo tenía. Me puse de puntillas y rodeé su cuello con mis brazos, profundizando el beso.

Nuestro beso estaba fuera de control, pero yo quería más. Si estos eran mis últimos días, entonces quería dejar esta tierra sabiendo que había sentido algo que nunca podría expresarse plenamente con meras palabras. Yo quería saber que aunque me sumergiera dentro de ese agujero, que incluso después de toda la basura que había tenido que soportar, un momento en mi vida lo compensó todo. 

Nos teletransporté a la habitación de las pinturas, y dando un paso atrás pude sentir la cama a mis espaldas. Lentamente, Chax me empujó hacia atrás, nunca dejando de besarme. Me recosté sobre la cama. Abrí mis ojos para mirarlo; él era tan apuesto, tan hermoso. Imágenes familiares me saludaron a su espalda.

¿Podría ser esta su habitación?

Él estaba medio encima de mí, y me beso dejándome locamente sin sentido.

Pero yo quería más. 

Lentamente y muy temblorosa, alcancé el dobladillo de su camiseta y la subí, deslizando mis manos por debajo. Duros y delineados músculos se tensaron bajo mi tacto. Sus ojos se abrieron de golpe y pude ver como sus pupilas se dilataban y extendían. Aun moviéndome despacio, mi otra mano también se perdió debajo de su camiseta.

¡Santo cielo! ¡Él estaba en forma!

Sentí su mano moverse, imitando lo que yo estaba hecho. En el momento en que sus manos tocaron mi vientre, estalló piel de gallina por todo mi cuerpo.

¿Soy yo o en esta habitación está haciendo calor?

Comencé a sacarle la camiseta. Levantando su cabeza, él dejó de besarme el tiempo suficiente para ayudarme y sacarse la prenda fuera de su cabeza. La lancé al otro lado de la habitación, sin importarme donde cayera. Ahora con todo el torso expuesto, mis manos comenzaron a recorrer su pecho y espalda, explorando a este increíble y maravilloso hombre. Estaba decepcionada de que él no hubiese intentado deshacerse de mi camiseta.

¡A la mierda con eso!

Lo empujé hacia atrás y me saqué la camiseta, la cual acompaño a la suya en medio segundo. Él vaciló y se detuvo, levantando la cabeza, me miró.

― Kasadya, yo no…

― ¡Chax DeLuca, tú no vas a hacerme esto a mí! ― estaba enojada cuando escuche mi nombre saliendo de sus labios como si hubiese algún problema.

Quiero decir, ¿cuánto más tiene que hacer una chica para conseguir llegar más allá de la primera base?

― Yo no… ― empezó de nuevo, pero lo silencie con un beso.

No hay manera en el infierno de que otro chico me vaya a empujar lejos después de haber llegado a este punto, ¡de ninguna maldita manera!

Lo empuje hacia atrás y de una forma rápida, pero no muy elegante, me senté a horcajadas sobre él.

Sus ojos se agrandaron y se congeló en su sitio.

― Chax, quiero esto. Si voy a morir, déjame morir con un recuerdo que hará que todas las cosas malas sean irrelevantes. Déjame morir sabiendo lo que se siente ser amada ― le supliqué.

Me estudió por un momento y entonces uso su mano para atraer mi boca a la suya. ¡Esta vez nuestro beso fue una locura! Ambos estábamos fuera de control, y me encantó. Sentí mi sostén siendo desabrochado y me senté hacia atrás así él podía sacármelo. Esperé entre una mezcla de miedo y excitación.

¡Todo era tan locamente frenético!

Él me miró y luego miró mi pecho. Mi corazón estaba latiendo a un ritmo fuera de control, y vi como cada emoción pasaba por su rostro. Un pequeño gruñido se le escapó y mis nervios se calmaron mientras yo sonreía.

Lo que siguió después va más allá de las palabras. Estoy segura que la mayoría de nuestra pasión era culpa de nuestro lado Caído. Pero de verdad, fue lo mejor del mundo.

Chax fue cuidadoso y muy delicado conmigo. Ni una sola vez sentí miedo o inseguridad. Amé sus manos en mí, y aún más amé su boca tocándome. Fue tal como había esperado que sería, soñado que sería. Permanecimos en los brazos del otro, respirando con dificultad después lo ocurrido.

― Duerme bien, mi Amo ― me dio un beso suave y me fui lentamente adentrando en la oscuridad, con Chax De Luca abrazándome.

No lo podía creer. Finalmente sé porque todas las chicas están tan locas con todo el asunto. Esto era especial, esto era amor. No hubo ninguna batalla, solo sueños nuevos con tanto amor en ellos que me desperté reluciente.

― Buenos días ― me saludó Chax.

Él ya estaba vestido y sentado en la cama. Sonreí al recordar lo que habíamos compartido.

― Buenos días ― le respondí, sonriendo.

Estiré mi cuerpo y bostecé. Riendo, él se acercó y me besó. Sus besos podrían convertirse en una droga. Cuando finalmente nos separamos para poder respirar, me acarició el rostro.

― Kasadya. El otro vínculo del que te hablé, anoche… ― su voz se apagó, esforzándose por explicarme.

Yo ya lo sabía. Había sentido como se arraigaba en mi corazón, sabía que el otro vínculo estaba casi terminado.

― Lo sé Chax ― le dije salvándolo y lo bese de nuevo.

Él me miró ― Está casi completo en su totalidad. Hay unas palabras que necesitan ser dichas ― susurró, con miedo de que me pudiese asustar.

Hombre tonto.

― ¿Y son? ― le pregunté.

Intrigado, sus ojos indagaron en los míos, tratando de asegurarse de que entendiera lo que estaba haciendo.

Me levantó sin problemas y me puso en su regazo.

― Pon tu mano aquí ― tomó mi mano y la colocó sobre su corazón.

Hizo lo mismo conmigo y nos miramos a los ojos. Por un momento vaciló y pude ver que tenía miedo.

Otra novedad del “Señor Alto y Poderoso”.

― Está bien Chax ― lo alenté con un pequeño beso.

― ¿Estas segura Kasadya? Una vez que estas palabras sean dichas nosotros estaremos unidos por la eternidad. No existirá el divorcio para nosotros. Tú y yo, esto será para siempre ― dijo, muy serio.

Esa mirada determinada que siempre llevaba estaba de vuelta. Una risita se me escapó y él frunció el ceño.

― Tienes que ver tu propia cara un día. Hace mucho tiempo me ponía nerviosa, pero ahora es un poco tierno.

Palideció ante mis palabras, lo que hizo que el momento fuese aún más chistoso.

― ¿Tierno? ― preguntó, su barbilla cayendo abierta.

Me reí esta vez y lo bese otra vez ― Si, tierno ― confirmé.

Le tomó un momento recomponerse y entonces volvió a ponerse serio.

― ¿Estas segura Kasadya? ― me preguntó otra vez.


Continuará...

3° Libro - Capítulo 13 (Parte 1)

Publicado por: engel.must 8 Comentarios

Kasadya Hellhound Born






Hola!! Les traigo la segunda parte del 12° capítulo del Libro de Kasadya Hellhound Born, de Karen Swart.

Van a amar este capítilo.

_______________________________________________________________________________________________


Capítulo 12 (Parte 2)






―Vamos, aún hay algunas cosas que ver. ― Agarró mi mano y me levantó de un tirón.

Nos aventuramos a través del bosque el día entero. Me mostró diferentes tipos de plantas y me informó para lo que podían usarse. Aprendí sobre ranas y también sobre otros animales. Casi todas las plantas en el bosque eran venenosas.

―Sabes mucho. ¿Pasas mucho tiempo aquí? ― pregunté, después de haber señalado otra planta prohibida.

―Durante todo mi tiempo en la tierra, me he aventurado mucho por aquí. Lo encuentro silencioso e interesante a la vez ― contestó Chax mientras me ayudaba a subir un tronco de árbol.

Por un momento, estuve triste. Nunca iba a volver a hacer esto.

Aún había mucho que ver en este mundo, y nunca tendría la oportunidad. Todas las maravillas que me perdería cuando la batalla llegara. Debió de haber sentido el repentino cambio en mis emociones, porque se detuvo y coqué contra él. Me agarró para evitar que golpeara el suelo.

―Kasadya, ¿qué sucede? ― preguntó, su rostro era una máscara de preocupación.

―Solo estaba pensando que no tenemos suficientes días como estos ― le mentí.

Me frunció el ceño.

―Las cosas mejorarán, solo espera ― dijo, como si intentara alegrarme.

Asentí y conseguí sonreírle. Hicimos nuestro camino a una gigantesca catarata y descendimos hasta la base. Agua blanca murmuraba en el fondo y nos sentamos bajo un árbol.

―Consigamos algo de comer ― sugirió Chax.

No me quejé. Estaba famélica. Todas las escaladas y senderismos se habían llevado mi energía. Sacó un contenedor y lo abrió, ofreciéndomelo para que tomara lo que quería. Agarré una magdalena, rellena de pollo y queso. La mordí, miré alrededor mientras masticaba. Podía ver por qué amaba estar aquí. Era muy hermoso y no había ni un alma a la vista. Los pájaros cantaban a nuestro alrededor y en alguna parte a mi izquierda podíamos oír a los monos jugando. Mis ojos vagaron de regreso a Chax y recordé la batalla y cómo mi hellhound había reaccionado cuando él murió. Nuestro lazo se estaba fortaleciendo, pero ¿cuán fuerte sería cuando la batalla final se desarrollara? La agonía que vi en los ojos de la Kas de la visión fue muy intensa.

― ¿Pasa algo malo Kasadya? ― preguntó Chax.

Levanté la mirada hacia él e intenté forzar una sonrisa.
―Nop ― Le mentí de nuevo.

―¿Sabes que soy consciente de cada emoción que sientes? ― Sus ojos se fijaron en los míos, congelándome en mi lugar.

¡Mierda! Maldito vínculo.

―Si ―fue todo lo que pude responder.

Dejé caer la mirada y puse toda mi atención en terminar mi almuerzo. Chax se mantuvo en silencio durante nuestro descanso, pero lo podía sentir hurgando a través de mí. Al principio fue alarmante el sentir sus emociones emparejando las mías. Pero ahora, estaba muy acostumbrada a ello.

―Ven, aún tengo una cueva que mostrarte ― dijo, interrumpiendo mis pensamientos.

Reunimos nuestras cosas y empezamos la caminata. Para el momento que alcanzamos su cueva, me sentía muy cansada.

―Ven ― me hizo gestos para que entrara a la cueva.

Mis ojos se ajustaron a la oscuridad, la visión cristalina de mi hellhound se aclaró en la repentina oscuridad. La cueva era enorme. 

Después de escalar unos cuántos peñascos, alcanzamos una repentina caída.

―Creo que te gustará esto ― dijo Chax mientras me hacía gestos cuesta abajo.

Me acerqué, asegurándome de poner mis pies justo en el lugar correcto. No pensé que el sumergirme en cuevas estuviera en mi lista de cosas por hacer. Al asomarme, mi mandíbula cayó abierta.

¡Oh Dios mío! ¡Mira eso!

Al final había una enorme piscina. Pero lo que fue más impresionante era que tenía agua clara y había luces brillando en ella.

― ¿Ves los objetos en las paredes? Son cristales. En alguna parte, un pequeño rayo de sol entra y lo golpea, luego lo refleja en el agua. Así es como las luces brillan fuera del agua.

Esto era jodidamente asombroso.

―Guau, es hermoso ― repliqué.

Estuvo en silencio por un rato, dándole tiempo a mis ojos de admirar el paisaje. Podía ver follaje en el fondo, y algunos pescados pequeños. Al volver a mirarlo, lo encontré observándome fijamente. 
Sonrojada, me giré rápidamente y empecé a moverme de regreso a la entrada.

― ¿Quieres regresar a casa? ― preguntó desde detrás de mí.

La verdad es que no, no quiero.

Quería quedarme aquí afuera y admirar este hermoso lugar tanto tiempo como fuera posible. Replanteando la situación, puede ser que nunca lo vuelva a ver.

―Tengo algo más que mostrarte ―continuó Chax cuando no contesté.

Hice una pausa y me giré para mirarlo. Se había detenido y examinaba mi rostro.

―Sí, eso sería genial. Tomarse un descanso de vez en cuando es agradable ― Asintió y me ofreció la mano. Esta vez, estaba emocionada por tomarla.

Aterrizamos en una playa donde las olas chocaban contra la arena. El sol estaba empezando a ponerse. Púrpura y naranja se extendían en el horizonte, como una despedida final del día.

―Por aquí ― dijo.

Chax me hizo señas hacia alguna clase de litera que estaba hecha en la playa. Me senté en ella y miré fijamente el atardecer. Contenta, inhalé profundamente.

―Espera aquí. Volveré en un segundo ― Chax se teletransportó, dejándome sola.

Observé como el sol se iba y la primera estrella aparecía en el cielo. Había luna nueva esta noche. El aire se movió y Chax apareció sosteniendo bebidas en una mano y un plato de comida en la otra. Las bebidas tenían pequeñas sombrillas en ellas y tuve que sonreírle.

―De Hawai ― explicó, haciéndome gestos para que tomara una.

La tomé cuando se acercó y se sentó, puso el plato entre nosotros.

―Estos son unos de los mejores langostinos en el mundo. Langostinos tigres de Mozambique ― explicó, sus dedos apuntaron a las pequeñas criaturas, ahora cocinadas, en el plato.

― ¡Guau! Definitivamente has viajado ― Me reí y agarré uno.

Después de unos cuántos minutos, fue claro que nunca había comido langostinos antes. Riéndose, Chax se acercó y peló la maldita cosa para mí. ¿Por qué rayos podía matar demonios pero no abrir un estúpido langostino? No lo sabía.

―Toma algo de práctica ― dijo conteniendo apenas su diversión.

―Aquí ― Sostuvo el langostino en su mano, lo puso frente a mi boca para que tomara un bocado.

Tragué el enorme nudo que apareció de pronto en mi garganta viniendo de ninguna parte. Me incliné hacia su mano, mordí gentilmente la ofrenda con mis dientes. Me enderecé y lo miré. Él estaba sonriendo un montón hoy. Mastiqué el langostino y tuve que admitirlo, de verdad me gustaba.

― ¿Otro?

De nuevo tomé la pieza de su mano y mastiqué. Levantó la vista a las estrellas.

―Se mostrarán en cualquier momento ― dijo, sus ojos viajaron sobre el agua.

Levanté la mirada, esperando que algo apareciera. Luego, en la distancia, pude ver los colores danzando en el cielo. Sostuve la respiración cuando los vi acercarse. Las luces de la aurora. Ellas bailaban en el cielo, hipnotizando mis ojos.

―Ellas están a punto de emerger ―dijo Chax a mi lado.

¿Ellas?

De pronto, la calmada agua del océano volvió a la vida ante mí. Ballenas emergieron a la superficie, soltando chorros de agua en el aire. Pero ese no fue el único momento increíble. A medida que emergían, se empezaban a cantar la una a la otra.

―Se llama bobbing[1]. Para ellas es una forma de bailar, pero al mismo tiempo pueden ver lo que sucede arriba del agua. Ahí atrás, los delfines vienen a unírseles ― Chax señaló a lo lejos, al fondo, donde pude ver delfines brincando a lo largo de la superficie para llegar aquí.

Me costó mantener el trasero en el suelo. Quería ponerme de pie de un salto y correr hacia el borde del océano para verlos con más claridad.

Lo sentí tocar mi mano y lo miré.

― ¿Alguna vez has bailado con el océano? ―dijo con una sonrisa.

Negué con la cabeza.

Esta es la primera vez que he visto ballenas.

¿Cuándo rayos habría bailado con el océano?

Se puso de pie y me jaló hacia él. Me abrazó, una mano en mi espalda mientras con la otra tomaba mi mano. Luego empezamos a bailar, las ballenas y delfines eran nuestra música de fondo, las luces de la aurora eran nuestra iluminación. Estaba tan impactada que simplemente me quedé mirándolo.

¿De dónde rayos salió esta faceta de él?

¿Dónde ha estado todo este tiempo?

Me sonrió, sus ojos brillaban contra el agua y la luz de la luna. Detrás de él, las luces de la aurora bailaban con nosotros, creando un momento épico. 

Se detuvo y su mano subió para ahuecar mi nuca. Nos miramos intensamente el uno al otro, mi corazón latía contra mis costillas. Se inclinó, gentilmente colocó sus labios sobre los míos y me besó suavemente. 
Todo mi cuerpo se volvió débil y se presionó contra el suyo.



[1] Así es en el original, no encontré una traducción de esta palabra.



Fin del Capítulo 12

3° Libro - Capítulo 12 (Parte 2)

Publicado por: engel.must 5 Comentarios

- Si te gustó el blog, deja un comentario -