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Archive for julio 2016


Kasadya Hellhound Born





Hola!! Les traigo el segundo capítulo del 3° Libro de Kasadya Hellhound, de Karen Swart.
Disfrútenlo!!

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Capítulo 2 (Parte 1)



Aturdida y confundida mis pensamientos volvieron a mí.

Eso fue algo para recordar

Podía ver, sentir y percibir todo, un así era incapaz de pronunciar una palabra o mover un músculo. Mi Hellhound había tomado el control por completo, lleno de tanta rabia que incluso me estremecí. Ahora entendía porque los revelados no podían ser controlados; tanta rabia era pura destrucción y nada más. Levantando mi cabeza encontré a Chax parado a algunos pasos de mí. Tomé una respiración, sentir lo que el sentía era impactante.

Incluso mi hellhound estaba confundida con los sentimientos corriendo a través de nosotras. Era extraño, y sin lugar a dudas horripilante hasta los nervios. Yo estaba respirando fuerte, tratando de poner todo en perspectiva. Los sentimientos de Chax eran caóticos al principio, pero pronto cambiaron a algo que nunca había sentido antes. Un maravilloso sentimiento, que solo admitiría ante mi misma. Amor, yo sentí su amor.

¿Quién sabría que esto fuera posible? Quiero decir ¡¿Chax DeLuca?!

Sintiendo mi cara volverse roja. Mire lejos de él hacia los otros. Todos habían tomado cierta distancia y estaban cubiertos de magulladuras y sangre. Mi respiración quedo atrapada cuando vi el ala de Rafael colgando lánguidamente.

— Oh demonios, lo siento tanto — Intenté pararme pero mis piernas no estaban trabajando.

Mirando hacia abajo, vi que ellas tenían heridas abiertas y sangraban notablemente.

Demonios, no es bueno.

— No es necesario una disculpa Kasadya. Fue un honor conocer a tu revelado No había tenido semejante buena pelea en siglos — dijo Miguel, caminando hacia mí con una enorme sonrisa en su cara. 

Yo realmente no le vi la gracia a eso.

Maia se dio prisa, poniendo sus manos sobre mis piernas.
— ¡Jesús Kas, eso fue magnifico! — Ella me sonrió de alegría.

Conmocionada, la observé.

¿Soy la única que está a un paso de la histeria?

Confundida, con la boca abierta, mis ojos viajaron de vuelta a Chax, quien aún estaba parado ahí, sin decir ni hacer nada.

Aparentemente, no soy la única.

— Aquí, solo unas pocas horas deberían bastar para que todo esté bien nuevamente — Maia termino, dándole palmaditas a mis piernas.

La mire levantarse e ir hacia Vulcan, quien estaba sonriéndome como loco.

— ¿Y ahora qué? — pregunté, tratando de hacerme una idea que pasaría a continuación.

Ariel caminó hacia a mí y me ofreció su mano. Con la mía temblorosa la alcance y la estreche mientras ella me ponía sobre mis pies y me estabilizaba.

— Ahora tú y Chax van a conseguir algo para comer y tomaran un descanso. Nosotros volveremos mañana para empezar con la búsqueda — me explicó.

Ahora, eso me asusto como el infierno.

¿Sola con Chax? ¿Después de todo lo que pasó? ¡Demonios, no!

— Yo creo… — traté de hablar, pero Miguel me cortó.

— Se necesita tiempo para muchas cosas, Kas. Descansa y recupérate, mañana tú camino se hará aún más peligroso.

Y con eso, ellos se teletransportaron dejándome con un silencioso Chax.

Me sentí repentinamente vulnerable, me abrace a mí misma y traté de mirar a cualquier parte menos a él. De verdad, estaba tratando de no enloquecer y salir corriendo.

¡Demonios! Yo no estaba preparada para esto.

Las batallas puedo manejarlas, pero esto era épico y yo solo no estaba preparada en serio.

— ¿Estas bien? — él finalmente preguntó, pero en lugar de sentir alivio, mi corazón empezó a acelerarse.

¡Mierda, mierda y doble mierda! 

Me encogí de hombros, incapaz de formar una estúpida palabra.

¿A él le gustará… querrá hacer algo? De repente pensé y mi estómago se puso al revés.

Lo siguiente que supe es que estaba vomitando sobre el césped.
Escuché como se acercaba y levanté una mano para detenerlo. El miedo me golpeó y mi cuerpo comenzó a temblar.
 
¡Oh, demonios! Esto no era lo que había esperado en absoluto.

Mi mente corrió a través de los recuerdos de nuestros momentos juntos. Mentalmente me di bofetadas a mí misma.

¿Cómo pude perderme semejante pieza de información? Quiero decir, ¡Hola, estaba en todas partes! Me reprendí a mí misma.

¡Infiernos! Yo podía ser tan estúpida algunas veces.

— No tienes nada que temer, Kasadya. No te haré daño — dijo detrás de mí.

¡Oh por el amor del cielo, simplemente supéralo! Aun tienes unos movimientos patea traseros que intentar y dejarlo fuera de juego. 

Me di la vuelta y lo encaré. Él permaneció lejos de mí, miles de años de paciencia escritos por toda su cara.

¡Maldición! ¿Ni siquiera puede tratar de parecer nervioso o algo?

— Ok, entonces… mmm, ¿somos, algo así como, compañeros? — me esforcé en preguntar. Yo no sentía nada.

¡Infiernos! Excepto por los extraños sentimientos que he captado una o dos veces. Yo no diría que “algo pasó”. Él miro lejos y comenzó a caminar hacia la cabaña de la que veníamos.

— No. Otro ritual es necesario. Estamos unidos solamente en espíritu pero no en alma — dijo y camino lejos.

Ok. Eso suena mejor, de una extraña manera.

Lo vi entrar en la casa y me quede parada por un momento.
Por primera vez en mi vida me sentía perdida. No tenía idea de cómo reaccionar o que hacer.

¡Alguien debió haberme preparado para esto!

La rabia aumento de nuevo, y justo como una vela siendo apagada, fue forzada a irse por otro sentimiento. Tome una respiración y comencé a caminar hacia la cabaña. Él dio un paso en la puerta de entrada y se apoyó en el marco.

— Eso va a pasar a partir de ahora hasta que uno de nosotros muera. Vamos. Prepararé algo para comer. Aun necesitas sanarte — explicó casualmente y desapareció.

¡Santa mierda! ¡Eso fue raro!

Después de unos minutos debatiendo mis opciones, me di por vencida y lentamente camine dentro de la cabaña. Ahora de pie y sin tener a alguien detrás de mí tratando de matarme, mire alrededor. Era una pequeña cabaña solo con lo esencial. Me arriesgaría a decir que parecía una cabaña de caza. Mi mente viajó de vuelta a la habitación con una celda en ella. Ciertamente de cacería, una celda sería necesaria para eso. El miedo me empapó, y de nuevo fue instantáneamente reemplazado por otro sentimiento.

— ¡Deja de hacer eso! — Le grité, irrumpiendo a través de lo que pensé que era una pequeña cocina.

Encontré a Chax poniendo algunos alimentos para preparar la comida.
— No tengo muchas opciones en esto, Kasadya. Es una respuesta natural que se produce cada vez que mi espíritu siente que el tuyo esta afligido. Es como a prueba de fallos que actúen por su cuenta — explicó, sin molestarse en mirarme.
 
Señaló el lavaplatos que estaba en la esquina. Mirando mis manos, caminé hacia ahí y me lave la sangre. Mire como el agua y la sangre se iban por el drenaje. 

Yo tengo sangre de Caídos en mis manos.

Me sentía inquieta. Yo nunca quise herirlos. Pobre Rafael, su ala se veía muy mal. De nuevo, mi tristeza fue arrullada por otro sentimiento. Me mordí la lengua, considerando la mejor manera de usar esto. Termine y me sequé las manos en una toalla. Dándome vuelta lo vi pelando una cebolla y picándola como Jamie Oliver. Caminé y me senté en una de las dos sillas en la pequeña mesa.

— Es aterrador hasta los nervios. Se siente como si estuviese siendo modificada — traté de explicar mi punto de vista sobre lo que estaba pasando.

— Tienes razón — respondió mientras agarraba un pan frito y ponía la cebolla dentro.

Oh bueno, entonces aquí estoy. Toda emparejada y revelada.
No, espera, emparejada de espíritu y nacida. Así que, ¿qué demonios hago ahora?

Busqué alrededor de la cocina, algo para evitar mirarlo. Probablemente no puedo evadir el hecho de que de alguna manera ninguno de los dos se está expresando. Tome una respiración y me puse mi ropa interior de niña grande.

Tiempo de algunas explicaciones.

— ¿Por qué no me lo dijiste? — pregunté, mis ojos fijos en su espalda.

Él era realmente bueno con el cuchillo. Pero, con miles de años de práctica, ¿quién no lo sería?

— No estabas lista. Tú aun necesitabas encontrar tu lugar en el mundo. Pero sobre todo, necesitabas encontrarte a ti misma — dijo, mientras volteaba la cebolla y le hacía espacio a pimientos verdes dentro del pan.

Seguía sin mirarme. Odie la mierda yin yang que dijo. Esta no era la excepción. Para él, es solo otro día dando una vuelta a la cuadra. Pero, mirándolo, pregunté.
— ¿El beso? — Solo tenía que preguntar.

Quiero decir, quien no lo haría.

Él estuvo en silencio por un rato, y comencé a inquietarme en mi asiento.

¿Por qué siento que sus próximas palabras tendrán un gran impacto en mí? ¿Esto es tan importante?

— ¿Kasadya, me tienes miedo? — preguntó, dejándome atónita por un minuto.

¿Le tengo miedo?

Me quedé sentada pensando sobre eso.

— Si — respondí ya que no había ninguna razón para negarlo. Él podía sentir mis emociones.

— ¿Porque te hice daño, o por el revelado que tuve que destruir? — preguntó.

Nuevamente busque la respuesta correcta. Si, él me golpeó en el entrenamiento, y otra vez la última noche, aunque no le tenía miedo cuando eso pasó. Pero cuando el mató a ese hellhound, Yo le temí.

— Cuando lo mataste — respondí.

Él asintió, moviendo el pan para evitar que se quemara.

— ¿Confías en mí? — preguntó otra vez.

Su pregunta me confundió un poco.

Infiernos, la última vez que confié en alguien, mi mejor amiga me apuñalo por la espalda.

Mi mente volvió al momento en el que ella caminó fuera de la cueva. Rabia y angustia me inundaron.

¿Por qué me hizo eso? ¿Por qué ella estaría del lado de ellos?  

Una vez más mi rabia fue reemplazada y Chax se dio vuelta a mirarme. Vi el dolor en sus ojos, y rápidamente sume dos más dos.

— Estaba pensando en Kali. Confié en ella y me traicionó. Me vendió a un demonio. Aun peor, estuvo jugando conmigo todo el tiempo y yo no me di cuenta. ¿Cómo puedo confiar en alguien más?

Mi explicación no hizo desaparecer el dolor, lo vi en sus ojos. Se dio vuelta de nuevo y continúo cocinando.
— Es comprensible, dado tu experiencia en materia de confianza. Nosotros compartimos un vínculo actualmente. En resumen, Kasadya, tu vida es mi responsabilidad ahora. No puedo pedir que confíes en mí. Pero, en el futuro pediré que me des la oportunidad de ganarme tu confianza. ¿Estás bien con eso? — preguntó, mientras dividía la comida en dos platos.

Me quedé reflexionando lo que dijo por un momento. Él caminó hacia la mesa y puso un plato de comida enfrente de mí.

— Estaré bien con eso — dije finalmente, después de que él comenzara a comer en silencio.
Me miro y asintió. Teníamos un largo camino por delante.

Esto no sería fácil.

Terminamos nuestra comida en silencio, ambos probablemente buscábamos razones o nos preguntábamos qué demonios sigue ahora. Podía ver que él estaba rígido y no era como usualmente es. Su comportamiento tan calmado había cedido un poco. Y a veces, podría jurar que vi pánico en sus ojos.

— ¿Chax, estas decepcionado de ser mi encanto? — le pregunte mientras él lavaba los platos.

Espere en agonía por una respuesta. Esto me había estado carcomiendo por un rato mientras lo miraba; él parecía decepcionado por todo esto.

No lo culpo. Quiero decir, ¡solo mírame! Todo lo que toco se convierte en un caos.

Su espalda se puso rígida y se dio vuelta. Con una expresión de sorpresa. Por miedo a su respuesta traté de buscar algo más para mirar.

— No Kasadya. No lo estoy — me susurró.

Mi corazón aumento su ritmo con eso, y hui de la cocina, lejos de su intensa mirada. Confundida a cerca de porque me puse tan nerviosa con su respuesta, me moví al salón tratando de hacerme una idea de que es lo que estaba pasando conmigo.

¿Puede que esté siendo desagradecida o solo son nervios?

Sentí movimiento en el aire y mi boca cayó abierta.

¿Él solo se teletransportó fuera de aquí dejándome por mi cuenta?

Inmediatamente sus sentimientos reemplazaron mi rabia.

¡Santa mierda! ¡Él puede hacer eso sin ni siquiera estar aquí!

Mis piernas se convirtieron en gelatina y tuve que sentarme.

Esto tomaría algo para acostumbrarse.

El aire se movió de nuevo y mire hacia arriba, lo encontré sosteniendo una mochila hacia mí.
— Nanini empacó algunas de tus cosas. También hay ropa nueva. La ducha está por allá — indicó una puerta.

Lo mire a él, a la puerta y asentí. Una ducha seria esplendida en este momento. Tome la mochila y camine hacia la puerta, mientras la abría le eche un último vistazo, de pie ahí como siempre.

— Gracias — dije, después cerré la puerta y me di la vuelta.

El pánico se apodero de mí y me deslice por la puerta. Mi respiración se intensificó y sentí como si me fuera a desmayar.

¡Mierda! No lo iba a lograr ¡Hola, ataque de pánico!


3° Libro - Capítulo 02 (Parte 1)

Publicado por: engel.must 5 Comentarios

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