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Kasadya Hellhound Born
Hola!! Les traigo la segunda parte del 11° capítulo del Libro de Kasadya Hellhound Born, de Karen Swart.
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Capítulo 11 (Parte 2)
Me
transporté a mi habitación y me dirigí directamente a la ducha. Casi a punto de
terminar, oí la puerta abrirse y a alguien llamando mi nombre.
―Voy,
estoy terminando ―dije en voz alta. De verdad esperaba que no fuera un chico.
Al salir,
me aseguraría.
― ¿Quién
está esperando para verme desnuda? ― le pregunté a quien fuera que me estaba
esperando.
Agarré la
toalla y la envolví alrededor de mi cuerpo.
― ¡Oh,
demonios no! No quiero verte el trasero ―se quejó Nanini en el otro lado.
Sonreí y
abrí la puerta. Nanini, Lada, Abby y Raven me estaban esperando.
―Hola
pequeña ― saludé a Raven, le revolví el cabello cuando pasé a su lado.
Después
de eso vinieron unas cuántas maldiciones.
― ¿Por
qué estás tan jodidamente feliz? ¿Te golpeaste la cabeza o algo así? ―preguntó
Lada cuando alcancé mi ropero.
Le lancé
una sonrisa y luego dije ― Sip, creo que unos cuantos millones de veces desde
que empecé a servir.
― ¿Te
perdiste la parte donde caídos te secuestraron y trataron de matarte? ―preguntó
Raven.
―Nop, no
podría perderme ese tipo de detalles ni aunque quisiera. ¿Pero sabes qué? ― le
pregunté con una sonrisa. Confundida, negó ―Ya no serán un problema. ―Terminé y
me puse algo de ropa interior.
―Lo lamento
por Seth ―soltó Nanini y me detuve para mirarla.
Solo
entonces noté sus ojos rojos e hinchados.
―Nanini,
ni siquiera yo vi venir eso. ¿Cómo podrías haberlo sabido? ―Asintió, pero
seguía luciendo miserable.
Estiré la
mano por mis pantalones y recordé que mi corsé estaba arruinado.
―Ah
mierda ―farfullé para mí misma.
― ¿Qué
sucede? ―preguntó Lada mirándome.
―Mi top
está arruinado, necesito uno nuevo ― me quejé, tratando de pensar en una
solución.
― ¿Por
qué no te pruebas ese par? ― dijo Abby, su dedo apuntó a una pila de cuero en
una mesa.
¡Bueno
hola! ¿Qué tenemos aquí?
Me
acerqué y agarré la primera pieza, la desdoblé para echarle un vistazo.
―Guau
―dijo Raven y sonreí.
Mi nuevo
par de cueros lucían como los otros que tenía, y no pude evitar el pensar en
Chax. Me consiguió estas ropas, ¿verdad? Con una sonrisa, me vestí y las chicas
charlaron sobre lo que sucedió antes y durante mi etapa de inconsciencia. De
acuerdo con Abby, Chax se volvió loco y casi destruye la casa buscándome.
Bajamos
las escaleras y encontramos al resto esperando afuera.
― ¿Están
listas para algo de diversión chicas? ―les pregunté.
Raven
estaba enojada. Al parecer, ella aún no podía ir a estas expediciones, y aunque
odié admitirlo, estuve totalmente de acuerdo.
― Kasadya
―dijo Chax detrás de mí, deteniéndome antes de que saliera. Me giré hacia él.
― ¿Si?
― ¿Estás
segura de que estás lista para esto? Tal vez algo de descanso sería bueno ― Me
contempló mientras sus ojos viajaron sobre mi cuerpo observándome completamente
vestida para la batalla.
―Chax, el
mal nunca descansa. Estoy bien. No te preocupes. ―Me giré y salí antes de que
pudiera detenerme. Los caídos empezaron a teletransportarse, muchos se acercaron a
saludarme y darme su apoyo por la traición de cierto caído. Vi a Nina de pie a
unos metros de distancia y me le acerqué.
―Hola ―la
saludé, esperaba que fuera la de siempre y tratara de empezar una pelea
conmigo.
En su
lugar, me sonrió y dijo:
―Hola
Kas. Me alegra verte en pie y lista para la siguiente sesión.
Mi boca
cayó abierta, pero rápidamente la cerré antes de que se diera cuenta.
― ¿Estamos
como… mmm bien ahora? ― pregunté, la necesidad de saber me presionaba hacia
adelante.
Sonrió y
asintió.
―Después
de todo eso, podríamos decir que somos amigas.
De
acuerdo, entonces eso es mejor, creo.
― ¡Caídos!
― gritó Miguel y todo el mundo se giró a mirarlo ― ¡Vamos a la batalla!
Con ese
grito de batalla, todos nos teletransportamos y me moví a mi lugar.
Una mano
me agarró y me giró. Ojos verdes, tanto furiosos como preocupados, atraparon
los míos.
―Enfócate,
y esta vez, intenta que no te maten ―ordenó Chax.
Sonreí y
repliqué descaradamente ― Sí, señor ― Me burlé de él con un saludo militar.
Esto no
le agradó en lo absoluto, pero tomó su lugar. Agarré mi espada y me alisté.
Luxuria
apareció e inmediatamente después se teletransportó fuera del lugar, dejando a un enojado y
vomitivo príncipe demonio en su camino. Con las espadas resplandecientes,
atacó, pero fui capaz de bloquear su intento y lo contrarresté con mis propias
armas.
Continuamos por un rato, hasta que ambos nos cansamos de asestar golpes
y bloquear. El suelo cedió bajo mis pies, pero con una sonrisa, me levanté con
mis alas. Y esta vez saqué un nuevo movimiento propio. Me aparté y dejé que mi
hellhound tomara el control. Con un enorme estallido, el príncipe salió volando
de regreso a la red. Se enderezó, sacudió la cabeza y me buscó. Pero yo ya
estaba a sus espaldas, mis espadas dirigidas a su cuello. Golpeé el objetivo,
pero mis espadas rebotaron. Salí dando vueltas por mi propia fuerza. Atónita,
me giré a mirarlo.
El
demonio se puso en pie y me sonrió. Luego, usando el dedo, me mostró su cuello.
Estaba protegido por un collar de placa metálica. Se parecía a las chicas en
África con argollas doradas que estiraban sus cuellos, usualmente por belleza.
De
acuerdo, nuevo plan. ¿Cómo matar al príncipe?
Saltó
hacia adelante y una fuerza invisible se estrelló contra mí. Retrocedí dos
pasos y mantuve mi posición. ¿Hellhound? Solo hubo silencio. Me quedó
claro que esto dependería de mí. Fui empujada hacia atrás de nuevo y golpeé la
pared de la red.
Me levanté y estiré las alas, mis ojos atraparon la imagen de
un demonio gritando en el otro lado de la red. Sostuvo su brazo herido contra
el pecho, la parte inferior desaparecida. Mis ojos volvieron de golpe al
príncipe demonio, quién se me acercaba rápidamente. Busqué mis espadas, las
divisé justo detrás del príncipe. Salí corriendo hacia adelante y me estrellé
con él con todo lo que tenía. El filo de sus espadas fallaron por centímetros.
Me alejé
de un salto y golpeé el suelo rodando, recogí mis espadas antes de levantarme.
El príncipe ya estaba de pie y dirigiéndose hacia mí. Primero, tenía que
encargarme de las espadas y luego trabajaría en ese maldito collar suyo.
Nuestras
espadas se encontraron, el sonido de metal contra metal resonó a través del
aire. Rápidamente me agaché, cuando una de sus espadas casi me decapita. Y contraataqué
rápidamente, con un rápido golpe le rebané la mano izquierda justo arriba de la
muñeca. Rugió con furia, mientras soltaba la espada de la otra mano para
agarrar su ahora sangrante apéndice.
― ¡Pagarás
por esto! ―bramó.
Se podría
decir que había captado su completa atención. Levanté las alas y las envolví a mí
alrededor.
Otra
fuerza me golpeó, pero esta vez no salí volando hacia atrás. Abrí las alas un
poco para poder verlo, le envié mi propio pequeño mensaje, con mis golpes de
fuerza-G lo mandé volando contra la red.
¡Cierto,
ese maldito collar!
Rápidamente
aparté las alas poniéndolas detrás de mí, mientras dejaba caer ambas espadas y
avanzaba hacia él.
Atónito,
no tuvo tiempo para reaccionar cuando envolví ambas manos alrededor del collar.
― ¡Ahora
mírame usar tu lindo collar para arrancarte la cabeza! ― rugí, mirándole con
desprecio.
Luego
presioné ambos pies en su pecho, jalé con toda la fuerza que tenía. Gritó y
chilló, me agarró con una mano, la otra no era más que un muñón inútil.
¡Necesito más poder!
Abrí mis alas y empecé a aletear hacia atrás.
Lentamente,
después de lo que pareció como una maldita eternidad, sentí el primer tirón de
su carne.
Necesito desgarrarlo.
Me incliné un poco hacia adelante, aflojé un poco, luego empujé y usé mis alas. Las bandas del collar se desgarraron en su carne, pero aún no lo quité. Pateó y gritó, escupiendo en mi rostro durante todo el proceso. Repetí el movimiento una vez más y finalmente sentí que las bandas se rasgaron. La tercera vez fue la decisiva.
Sus gritos se interrumpieron, y a medida que abría mis ojos, se despegaba su cabeza.
―Idiota,
nunca uses metal para intentar protegerte el cuello. ―Gruñí y tiré la cabeza.
Me giré y
le eché un vistazo a la batalla a mí alrededor. Los otros habían formado un
círculo alrededor de Chax, tratando de protegerlo de los demonios que
intentaban llegar a él. Y él lucía un poco molesto sobre eso. Apartó a Max e
intentó llegar a un demonio, pero Max simplemente lo metió de regreso al
círculo de un empujón. Mi risa fue interrumpida cuando el primer rayo de
divinidad me golpeó.
¡No podía
creerlo! Era aún más poderoso que el último. Caí al suelo, polvo voló frente a
mí cuando intenté respirar.
Esta parte realmente está
empezando a apestar a lo grande.
Otro rayo
me rasgó y rugí de dolor. Lo sentí moverse a través de mí, y por un momento,
entré en pánico. Esta vez se enfocó en mis alas. Lo podía sentir recorriendo
mis huesos, hasta las puntas de las alas. Luego, finalmente, un enorme rayo me
golpeó. Intenté gritar, pero gracias a Dios, la oscuridad me reclamó justo
cuando abría la boca.
Fin del Capítulo 11
3° Libro - Capítulo 11 (Parte 2)
Kasadya Hellhound Born
Hola!! Les traigo el undécimo capítulo del 3° Libro de Kasadya Hellhound, de Karen Swart.
Espero que lo disfruten.
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Capítulo 11 (Parte 1)
Caminé dentro de la
oscuridad, llamando al niño, pero el silencio fue mi única respuesta.
Una
pequeña luz titiló en frente de mí. La oscuridad retrocedió y el inicio de la
batalla comenzó ante mis ojos.
Caminé con los hellhounds para tomar la primera
línea de defensa. Me gire para mirar a los otros. Chax asintió hacia mí y se giró
hacia los Caídos.
— Hemos peleado muchas
batallas. Algunas las terminamos rápidamente, otras duraron años. Pero una cosa
aún se mantiene. Todavía estamos aquí. Los Caídos hemos protegido a la
humanidad por muchos años. Es nuestra responsabilidad, no solo por nuestro
Señor, si no que por todas las almas que existen, para protegerlas por otros
miles de años. No vamos a ceder, no vamos a aceptar la maldad. Juntos
permaneceremos y pelearemos por la única cosa que nuestro Señor nos dio.
Nosotros pelearemos por el amor. Si no es por las personas a las que amamos,
entonces por Él y por los que Él ama. Y pelearemos con cada gramo de amor
que poseemos.
¡Hermanos y Hermanas, hoy protegeremos la tierra! No para tratar
de enmendar nuestros errores. ¡Hoy pelearemos para decirle a cada ser malvado
ahí fuera que nosotros estamos aquí!
Los caídos rugieron.
Todos estaban preparados para pelear hasta el último aliento con tal de
proteger este mundo.
Entonces Chax se giró
hacia mí y me asintió otra vez. Me di la vuelta y miré a los hellhounds
alrededor de mí.
— Fuimos creados para
destruir; dentro de nosotros existe algo que nadie puede comprender,
excepto por aquellos quienes viven con esto. Ellos fueron hechos para ser
únicos, porque son únicos. ¡Hoy liberaremos la ira de Dios sobre esta maldad y
demostraremos por qué fuimos creados! — mi hellhound rugió ante mis palabras.
Me gire a ver la pared,
transformándome en el hellhound que estaba destinada a ser. Corrí hacia
adelante, necesitaba ver tan cerca como fuese posible para ver cada detalle.
Hubo un movimiento repentino en el suelo y luego una luz se derramó sobre el
campo de batalla. Lentamente la pared empezó a romperse, revelando millones de
demonios detrás. Y entonces comenzó.
― ¡Voladores!
― gritó Chax y me giré para mirar atrás hacia él y a los voladores.
Algo
había cambiado. No solo estaban avanzando a atacar. Las hadas y arpías se
elevaron en el aire y se posicionaron a unos pocos pies adelante de la línea de
los hellhound. La horda de demonios se estaba acercando; el suelo se sacudía
con la simple fuerza de los pies al marchar sobre él. Justo cuando alcanzaron la
línea de los hellhounds, Chax gritó de nuevo:
― ¡Sueltenlas!
― Las hadas y las arpías empezaron a lanzar objetos a los demonios. Al momento
que los objetivos golpearon su objetivo, enormes explosiones sacudieron el
suelo mientras demonios salían volando. La esperanza se esparció por mi corazón
mientras observaba la escena desenvolverse. Tuve razón sobre las bombas esta
vez. Los demonios estaban siendo manejados rápidamente. Entonces mi ojo captó a
los demonios acercándose a los hellhounds, pero estos aún no se habían
transformado.
― ¡Ahora!
― grité y tiré cuatro esferas a los demonios.
Se
dispararon en el aire cuando humo negro impregnó la escena a mí alrededor. Pero
las bombas solo funcionaron por un corto periodo de tiempo, Ballen debió de haber enviado a
cada demonio en el otro lado a que avanzara, simplemente eran demasiados, y
pronto la batalla cuerpo a cuerpo comenzó.
¡Mierda!
Vi esto antes. El final no ha cambiado. Miré alrededor
frenéticamente, desesperada por encontrar más pistas.
― ¡Nina! ―grité.
¿Qué? Me
detuve, me miré a mí misma, le estaba asintiendo a Nina y ella me devolvía el
asentimiento. Con un estallido de velocidad corrió y lanzó la esfera plateada
de red alrededor de los caídos. Más exactamente, alrededor de Chax. Mis ojos
atraparon movimiento a mi derecha, y me giré a observarme avanzar a máxima
velocidad. Noqueé a los demonios con mis recién encontrados puños de fuerza G y
rasgando a través de ellos. A unos cuántos metros del hoyo, mi hellhound rugió
y presionó hacia adelante con todo lo que tenía. Derribó los demonios que
venían a través del hoyo.
Cuando golpeó la tierra una enorme bomba explotó,
enviando a todos volando. Me quedé de pie ahí, sorprendida hasta la médula.
El hoyo
se había ido, no había señales de él. Pero mientras yo miraba alrededor tampoco
había señales de mí.
― ¡NO! ― Un
grito llenó el aire, y me giré a mirar a Chax corriendo hacia dónde el hoyo
había estado una vez. Se estrelló contra la pared invisible y golpeó sus puños
contra él. El aire ondeó por los puños de fuerza G que tiraba. Pero nada
sucedió. Miguel y Rafael lo agarraron y lo retuvieron.
―Lo
lamento, mi amigo. Lo lamento tanto ― dijo Miguel, sus brazos lo fijaron en
su lugar.
Los ojos
de Chax eran enormes y estaba más que enfadado, tenía el corazón roto.
Miré de
vuelta a la batalla y lo supe. El destino era una cosa divertida; se te acerca
sigilosamente, y entonces te muerde en el trasero. El resto de los caídos se
encargaron rápidamente de cualquier demonio perdido y pronto solo quedaba humo.
Chax se había calmado, pero seguía mirando a la pared. Di un paso hacia él y
colapsé sobre mis rodillas frente a él. Miraba a la pared con demasiada
esperanza, pero nadie venía de regreso a través de ese hoyo. Actuando por
instinto, estiré la mano y la pasé suavemente sobre su rostro. Su mano se
levantó e intentó agarrarla, pero no había nada excepto aire.
― Kasadya
― susurró, sus ojos se cerraron de dolor.
― ¿Kasadya?
― La voz de Chax me trajo de regreso a la realidad.
Esta vez
no me sorprendí, abrí mis ojos y sus ojos verdes estuvieron ahí para saludarme.
―Hola
―dije y le sonreí. Él me frunció el ceño.
― ¿Estás
bien? ― preguntó dudosamente.
¿Estoy
bien? Demonios no, pero sí aliviada.
Ahora
sabía cuál era mi verdadero destino. Y por una vez, no tuve problemas con eso.
Con gusto ofrecería mi vida con tal de salvar la de aquellos que me importaban.
Y el resto del mundo. Le sonreí, mi mano se estiró para trazar las líneas que
su ceño fruncido causaban.
―Si
frunces demasiado el ceño, se va a volver permanente. No quieres lucir como un
anciano, ¿verdad? ― me burlé de él.
Su boca
estaba colgando abierta, y entonces su cabeza repentinamente se movió para
mirar hacia atrás.
―Arréglala
― le dijo a alguien.
Los ojos
azules de Maia se asomaron sobre él.
―Kas,
¿cómo te sientes?
Me reí
ante su pregunta.
―Me
siento súper bien, Maia. No te estreses ― contesté.
Me senté
y escudriñé la habitación.
Bueno
ahora, otra habitación completamente llena.
―Hola
chicos ― saludé al resto.
― ¿Tiene
una contusión o algo? ― preguntó Rafael, mirando a Maia.
―No tengo
una contusión. Así que, ¿de qué me perdí? ― Aparté varios pares de manos que
intentaron ayudarme a salir de la cama, en su lugar me levanté por mí misma.
Al bajar
la mirada, pude ver que mis prendas estaban cubiertas de sangre.
―Por
favor díganme que están muertos ― pedí, recordando lo que acababa de vivir.
―Todos
ellos ― dijo Chax a mi lado.
Levanté
la mirada hacia él y asentí.
―Bien. No
más sorpresas entonces. Y con eso, espero que Ballen obtenga un mensaje realmente
agradable. Así que, ¿qué vamos a hacer hoy? ― Me di la vuelta y los miré a
todos.
Algunas
bocas cayeron abiertas mientras que otras me devolvieron el saludo. Me iba a
preparar para la batalla. Me iba a asegurar que todos y cada uno de ellos se
alejaran caminando ilesos. Pero más que eso, iba a asegurarme que todos los
demonios, sin importar su rango, conocieran mi nombre.
― ¿Estás
lista para la siguiente ronda? ― preguntó Rafael.
Podría
jurar que oí a Chax sisear a mi lado.
―Apuesta por eso. Empecemos esta fiesta. La linda cabeza de un príncipe sería
realmente genial ahora mismo ― contesté y caminé hacia la puerta.
― ¿Estás
loco? ― Escuché a Chax gritar detrás de mí pero no me di la vuelta para ver
como peleaba con Rafael.
Continuará...
3° Libro - Capítulo 11 (Parte 1)
Hola!!!
Espero que les haya gustado hasta ahora la traducción de los capítulos de Kasadya Hellhound Born. Traducir no es fácil, pero me esmero adaptando las frases que son coherentes en inglés para que también sean coherentes en español.
Si tengo faltas de ortografía o redacción, me gustaría mucho que me avisaran, para poder corregirlas.
Ya que vamos avanzados en el libro, se me ocurrió escribir esta entrada para comentarles que mientras estoy traduciendo o leyendo la saga de Kasadya, siempre se me viene a la mente una canción, y esa "Angel With a Shotgun" de The Cab.
La canción podría aplicar tanto para Chax como para Kas, pero siempre he pensado en Kas cantándosela a Chax ¿Ustedes qué creen?
¿Tienen alguna canción que les recuerde a un libro de Kasadya? ¿Si es así, a qué libro específicamente?
Espero les guste la canción y nos leemos en una próxima parte traducida.
Besos!! 😘
Nota: Todos los créditos del video van para Sasha Maryam -PastelZ.
Angel with a Shotgun
Kasadya Hellhound Born
Hola!! Les traigo la segunda parte del 10° capítulo del Libro de Kasadya Hellhound Born, de Karen Swart.
Dejen sus cometarios.
Esto se está poniendo bueno.
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Capítulo 10 (Parte 2)
— Estas atrapada, Kas. Y pronto estarás muerta — Kali se
divirtió consigo misma otra vez.
El hormigueo en mi hombro comenzó a convertirse en una
sensación de ardor. Miré alrededor y mis ojos viajaron sobre los otros, quienes
estaban de pie, sonriendo. Todos excepto Nina. Ella caminó hacia mi izquierda y
se detuvo junto a Arianna.
— Vamos a cortarle sus alas — dijo Seth repentinamente y levanté mi cabeza para encararlo.
Él también me había dejado en un gran shock. Nunca esperé que me
traicionara de esta manera.
Kali rió y agarró una daga. Caminando hacia atrás, empecé a pelear con todo lo que tenía dentro de mí. Finalmente,
la espada cayó al suelo.
— ¡Maldición! — gritó Kali, y antes de saberlo, ellos estaban
sobre mí, empujándome hacia abajo.
Rugí de dolor mientras dos espadas más eran presionadas en mi
abdomen. Miré hacia ahí y reprimí otro grito.
¡Santa mierda! ¡Ellos
iban a matarme! ¡De ninguna manera, no lo permitiré!
Busqué en mi interior y encontré a mi revelado.
¡La iba a liberar, al
infierno con esto!
Rabia viajó a través de mí y le dí la bienvenida, dando un paso
atrás la dejé hacerse cargo. Como un espectador, vi como ella rugía al ver
las espadas atravesándola. Con un tirón, el filo que atravesaba su hombro
izquierdo cayó al suelo. Con otro tirón ella libero el derecho.
— ¡Manténgala abajo! — gritó Kali otra vez.
Todos saltaron sobre mí al mismo tiempo. Espadas y dagas se enterraron en mí. En la esquina de mi ojo, estaba Nina. Ella se
mantenía alejada, rabia hirviendo por todo su cuerpo. Miró hacia arriba, sobre mi espalda, entonces sacó sus espadas y asintió.
Rugí y golpeé la cabeza de Seth con toda mi fuerza, sangre se
desparramó por mi rostro. Enterré mis dientes en Jules y apreté. Caos se desató
alrededor de mí. Gritos y rugidos hacían eco en las paredes. Pero no me
importaba. Tenía a uno de ellos en mis mandíbulas y no lo dejaría ir. Removí
una mano del piso y la use para sacar las otras armas. Una a una, comencé a
retirarlas mientras Jules gritaba y chillaba al sentir mis dientes perforando su
carne. Con sus manos, ella trató de liberarse de mi alcance. Pero
considerando el tamaño de mi mandíbula, no iba a servir.
Cuando mis brazos y la parte inferior de mi cuerpo
estuvieron libres, envolví mis manos alrededor de su cuello y lo desgarré con toda
mi rabia, luego lancé su cuerpo destrozado en dos lejos de mí.
Rápidamente removí las espadas de mi cuerpo y miré hacia arriba, lista para acabar con esto. Había
una batalla a mí alrededor. Chax estaba peleando con Seth y Arianna, cuando
miré a mi derecha, Nina estaba peleando con Marcus. Busqué por alguien más y
encontré a Kali saliendo por la puerta. Me levanté a mí misma e irrumpí hacia
adelante, persiguiéndola.
¡Ella está tan muerta!
Corrió alrededor de una esquina y mientras más nos
internábamos en donde sea que estuviésemos, más irregulares se hacían las
paredes. Comencé a ganar terreno, lo que ella descubrió cuando miró hacia
atrás. Gritó y se transformó en arpía. Bloqueando el camino en lo que parecía
como un pasillo cavernoso, ella no tenía a donde ir.
Cuando vi que el pasillo se abría en frente de nosotras a una
gran habitación, salté sobre ella y la derribé sobre el piso. Ella golpeó mi
nariz, pero no la dejé ir. Con un rugido, dejé caer mi puño, golpeándola en el
cráneo. Ella gritó y trató de golpearme de vuelta.
— Ahora tú mueres — gruñí.
Agarrando su pelo en mi mano, la arrastré hacia un espacio
amplio. Miré a mí alrededor y vi que estábamos de hecho en algo así como una
cueva. Si no fuera por mi visión, me podría haber perdido en la oscuridad. Kali
gritó tan fuerte como pudo y trató de alejar su pelo fuera mi mano. La levanté
en el aire para que su rostro quedara frente al mío.
— Olvidaste que eso no funciona conmigo — se detuvo y me
siseo.
— Puedes matarme, pero no puedes detenerlo. ¡Pronto todos
ustedes estarán muertos!— declaró.
La miré entonces. La chica que una vez conocí realmente nunca
existió. Era solo una actuación desde el principio. Enojada con ella, la arrojé
contra la pared de la cueva. Se golpeó fuerte y se desplomó en el suelo.
— ¿Por qué? ¿Por qué traicionaste a todo el mundo de esa
manera? — tuve que preguntar.
Necesitaba saber por qué ella había traicionado a su propia
especie por un demonio. Me miró mientras la sangre corría por su rostro.
— Porque quise. No quería servir toda mi vida por algo que me importa una mierda. Cuando mis padres empezaron a hablar sobre llevarme a The Hellhouse, huí lejos. Ahí fue cuando
Gluttire me encontró y me ofreció un trato realmente bueno. Primero, tenía que
liberarme de mis padres, eso fue tan fácil. Lo siguiente, fue hacer de espía
para él y encontrar a alguien lo suficientemente fuerte para conseguir las
reliquias. Eras tan manipulable. Fue tan fácil engañarte para que fueras en la
dirección correcta. En todo lo que planeabamos, tú caías redondita, incluso en el
montaje para que Max nos liberara — Escupió la sangre que caía dentro de
su boca.
Si, ella estaba en lo correcto, yo confié fácilmente. Pero
destaco, confié, ya no más.
— ¿Mataste a tus propios padres? — me moví para bloquear su
intento de escape, y ella comenzó a reír.
— Fue tan cómico. Ellos abrieron la puerta y Gluttire y su
legión de demonios entró directo a nuestra casa. Ni siquiera tuvieron la
oportunidad de preguntarme por qué. Estúpidamente, pensando que yo quería tirar
toda mi vida por la borda. ¿Por qué servir cuando puedes liderar? — estaba tan
orgullosa de sí misma, regodeándose sobre su contribución en el asesinato de
sus padres.
— ¿Sabes qué? No hay esperanza para ti. Claramente perteneces
al infierno con tus amigos.
Me moví rápido y ella saltó a defenderse a sí misma. Me pateó
una cuantas veces, pero ahora yo era el doble del tamaño del que solía ser. Ya no tenía la ventaja. Agarré las plumas de su pecho e impulsé rápidamente
mi cabeza hacia abajo. El sonido de huesos quebrándose sonó en el aire. Mis
cuernos perforaron su cara y se quedaron ahí. Ella empezó a gorjear. Arranqué
su cara de mis cuernos y la arrojé contra la otra pared. Con un golpe
enfermizo, aterrizó pero no se movía. Satisfecha con que ella hubiese caído,
decidí matarla y terminar con esto. Tenía unos cuantos “amigos” más con los que
lidiar. Solo uno o dos pasos nos separaban cuando vi algo brillante debajo de
ella. Salté lejos justo a tiempo de evadir sus espadas mientras cortaban el aire. Se puso de pie y se preparó a sí misma para la batalla.
No tenía idea de cómo podía siquiera ver. Uno de mis cuernos
había perforado su ojo derecho, mientras que el otro estaba manchado con la
sangre que caía desde el agujero encima de él.
Cerré mis manos y me di cuenta
que no tenía mis espadas. Iba a tener que hacer esto con mis manos.
Se lanzó
hacia adelante y la esquivé, evadiendo sus golpes. Manteniendo mis ojos en sus
espadas, agarré una de la base de sus manos. Ella gritó y la arrancó hacia
atrás. El filo cortó mis manos.
Mierda, eso no funcionó.
Ella me atacó otra vez, pero sin armas, no tenía
muchas opciones aunque iba a intentar contrarrestar su ataque.
Sin ninguna advertencia, mi
hellhound se hizo cargo y me empujó atrás para tomar el control. A dos pasos de
mí, mi hellhound llevó su puño hacia atrás y le golpeó al aire. Kali salió
volando hacia atrás hasta el techo de la cueva y aterrizó fuerte.
Wow eso fue bastante
genial. Me pregunto como lo hizo.
Para mi asombro, por primera vez en la vida, ella respondió —
golpes de fuerza G. Usé la energía en el aire y lo golpeé hacia ella — ¡Santo
cielo! ¡Ella podía hablar! Intrigada, me mantuve al margen.
Lentamente, Kali se levantó y me miró. Podía ver el miedo
brillando en sus ojos. Se dio vuelta y trató de correr. Otra vez, mi
hellhound saltó en el aire y llevó su puño al suelo de la cueva. Las paredes se
agrietaron a nuestro alrededor y el suelo se sacudió con la fuerza enviada
hacia la pared detrás de Kali, ella tropezó y cayó, sus espadas se deslizaron
hacia nosotras. Con calma, sin apresurarse, mi hellhound caminó hacia las
espadas y las levantó. Ahora nosotras teníamos armas. Pero para mí espanto,
mi hellhound lanzó las espadas lejos, dentro de la cueva.
¿Por qué demonios
hiciste eso?, le recriminé.
No las necesitamos,
fue su respuesta.
Caminamos hacia Kali y la agarramos. Ella colgaba en el aire mientras la elevábamos, sus pies balanceándose.
— Traidora — dijo mi hellhound.
Kali, desafiante incluso hasta el final, levantó su cabeza y
sonrió — Todos ustedes van a morir.
Con eso, ya habíamos tenido suficiente. Usando solo
nuestras manos, la desgarramos en pedazos, su sangre nos salpicó enteras. Mi
hellhound retrocedió y me dejó tomar el control de nuevo. Tenía que decirlo,
eso fue algo enfermo y demente. Prefería mis espadas. Una rabieta vino desde el
fondo de mi mente. Alguien irrumpió en la cueva así que me preparé para pelear.
Chax miró alrededor y vio lo que quedaba de Kali. Nina vino corriendo y se
detuvo al lado de él.
— ¿Kasadya? — preguntó Chax, mirándome.
— Estoy bien. Pero estoy realmente cansada — respondí mientras
perdía el agarre sobre mi forma hellhound y me transformaba de vuelta a mi
forma humana. Estaba mucho más que cansada. Toda la sangre que perdí había
tenido repercusiones y mi visión comenzó a ponerse borrosa. Sentí unos brazos
agarrándome y fui levantada para encontrar el rostro de Chax.
— Te sacaré de aquí — aseguró él, y nos teletransportó. No
aterrizamos en su casa. En vez de eso, terminamos en el hogar de Maia. Chax
gritó su nombre y unos momentos después la vi corriendo hacia la sala, sus ojos
ampliándose cuando nos vio — Necesitaremos a la compañera de Amon también — le
ordenó Chax. Ella asintió y cerró los ojos mientras agarraba su brazalete.
Segundos después Melissa se centró en mí, echando humo.
— Te dejo por unas pocas horas solo para encontrarte así otra
vez. ¡¿Puedes cuidar de ella o no?! — nos gritó a Chax y a mí.
Sus manos estaban sobre mí tan pronto como fui dejada sobre
una cama que conocía muy bien. Mi cabeza cayó hacia un lado y vi a Nina de pie
en la puerta, su mirada viajando a todas partes.
— No cediste — le
susurré a ella.
Sus ojos se centraron en mí y con una sonrisa dijo — Caído
hasta el final, Kas.
Con eso, me desmayé otra vez. Estaba ansiosa por entrar en la
oscuridad. Esperaba que el niño estuviera esperándome y tuviese otra
oportunidad para observar la batalla. Necesitaba encontrar más respuestas.
Necesitaba salvarnos.
Fin del Capítulo 10
3° Libro - Capítulo 10 (Parte 2)
Kasadya Hellhound Born
Hola!! Les traigo el décimo capítulo del 3° Libro de Kasadya Hellhound, de Karen Swart.
La verdad, es que me he portado muy mal con ustedes, hace mucho tiempo que no subo alguna parte traducida, y les pido disculpas por eso.
Espero poder ponerme al día y subir, por lo menos el capítulo 10 completo esta semana.
Muchas gracias por sus comentarios y espero que sigan escribiendo.
Disfrutenlo.
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Capítulo 10 (Parte 1)
— Hola, Kas — gruñó ella.
En shock, miré alrededor, mis ojos viendo la escena. Seth
estaba al lado de ella y a mi derecha estaba Arianna, quien me miró y su rostro era una máscara de rabia. Giré a mi izquierda y tomé otra respiración.
Marcus, debí saberlo. Pero mientras mis ojos viajaban de vuelta a ella, no
pude salir del shock que me había envuelto.
— ¿Cómo pueden traicionarlos? — pregunté, aun estupefacta.
Jules no me respondió. En su lugar, ella solo se quedó ahí y
sonrió.
— Oh Kas, Kas, Kas. Siempre has sido tan fácil de engañar —
dijo otra voz, flotando detrás de mí.
Me congelé y detuve mi lucha.
— Kali — respiré.
Riendo, ella caminó frente a mí, uniéndose a Jules y a Seth.
— Hola amiga. Es bueno verte de nuevo — Ella se agachó a tocar
mi rostro, pero moví mi cabeza hacia atrás para evitar que me toque.
— Pagarás por esto — amenacé.
Su sonrisa fue rápidamente reemplazada con unos dientes
excepto uno.
— ¿De verdad? No lo veo así. Incluso si te conviertes en
hellhound, no serás capaz de liberarte a ti misma. Me aseguré de eso. Esas espadas
y dagas están encantadas con algo muy potente — Ella se acercó a Seth y, ante
mi completa incredulidad, él sonrió y se acercó a besarla.
¿Qué demonios está
pasando?
Miré a Arianna, quien estaba ahí mirándolos sin decir ni pío.
— ¿Seth, qué estás haciendo? — pregunté, conmocionada por su
traición.
Él no se molestó en responderme.
Kali frotó su rostro y continuó. — Lo hiciste bien, mi
mascota. Tu recompensa será magnifica — le ronroneó a él. Ella giró su rostro y
me miró otra vez.
— Jules, tráela; veamos si ella tiene el cerebro de su madre —
ordenó Kali sin mirarla.
Jules asintió y desapareció.
— Confié en ti. Confié en todos ustedes — mis ojos nunca
dejaron su rostro.
De pie ahí, la Kali que yo conocía había desaparecido, y en su
lugar estaba algo muy diferente. Ella rio de nuevo y se acercó a mí. Traté
de levantarme a mí misma, pero mis piernas estaban atrapadas debajo de mí y mi
espalda estaba doblada hacia atrás. Fue imposible.
— Eres tan patética. No puedo creer que ÉL te escogiera para
convertirte en definida. Que pérdida de energía, si me preguntas.
Jules volvió y detrás de ella vi a otra cara familiar. Nina.
Nina miró a su alrededor, a todos, hasta que sus ojos aterrizaron
en mí. Shock brillaba en su mirada, pero rápidamente lo reemplazo con una
máscara de calma.
— Nina, que gusto volver a verte — dijo Kali, enderezándose
para mirarla.
Pude ver el shock en los ojos de Nina otra vez. — Kali —
respondió Nina, mirando a su madre por lo que yo suponía eran respuestas.
— Nina, seria grandioso que te nos unieras. Ella es por mucho
la mejor guerrera mujer que he visto en mucho tiempo. Él estará complacido con
ella — balbuceo Jules.
¡Oh mierda! Ellos
estaban reclutando a Nina dentro de su grupo de traidores.
Nina miró a Jules y a Kali.
— Quizás, ¿pero cómo sé que ella será leal a Gluttire y no nos
traicionará? — le preguntó Kali a Jules.
Con eso, los ojos de Nina se fundieron en un oscuro y furioso
color. No creo que ella estuviese lista para esa confesión.
Por lo que pude entender, no tenía idea de lo que
estaba pasando. Hasta el momento en que Jules agarró los hombros de Nina,
forzándola a mirarla.
— Cariño, este es nuestro futuro ahora. En este futuro, no
tendrás que servir. Tú serás servida. No puedo siquiera empezar a decirte la
increíble libertad que viene con eso. Es simplemente maravilloso. Y sé que tú
estarás de mi lado disfrutando del nuevo mundo — Jules habló tan rápido que
casi me perdí algunas palabras.
Nina estaba confundida, sus ojos viajaban de su madre a mi.
— Por supuesto, madre — respondió ella.
Bueno, ahí se fue toda
la esperanza de los Caídos.
Ver lo fácil que fue reclutar a Nina.
Kali la agarró de su barbilla y la forzó a mirarla — Si nos
traicionas, te mataré yo misma — amenazó.
Nina ni se inmutó, pero asintió.
— Bien, ahora que está todo resuelto ¿deberíamos tener algo de
diversión? — rió Kali, sus ojos volviendo a mí.
Pude sentir la sangre cayendo por mi hombro hacia el suelo.
Estaba perdiendo sangre a una velocidad alarmante.
Esto no es bueno.
Mis ojos nunca dejaron los de Kali. Luego de que mencionara esas últimas palabras, había estado tratando de liberarme a mí misma y mi hombro comenzaba a
hormiguearme.
— ¿Ahora, qué haremos con este pequeño problema? — preguntó
Kali con sus dedos en su barbilla.
Mientras más la miraba, y observaba su comportamiento, más no podía
creer que ésta era la Kali que yo conocí. La Kali que estuvo atrapada conmigo y
permaneció a mi lado a pesar de todo.
Ella se movió rápido y yo grité por el golpe. Mirando abajo,
vi la daga en mi muslo, sangre agrupándose debajo de este. Su risa malvada
capturó mi atención nuevamente, haciendo que me quedara viendo su sádico rostro.
— ¿Dónde está tu Chax ahora, Kas? ¿Dónde está ese guerrero que
llamas tuyo? Eres inservible, pero por lo menos nos ayudaste a conseguir las
reliquias — se burló de mí.
Necesitaba evitar mi muerte y tratar de encontrarle una
salida a esto. Si pudiese liberarme a mí misma, podría tomarlos a todos por mi
cuenta.
Traté de alcanzar a mi hellhound y transformándome mientras más dolor
se disparaba por mi cuerpo, sin embargo, no emití ningún sonido.
— Oh eres tan dulce, mira a su hellhound de ojos rojos. Oh
por favor, no vayas a revelarte con
nosotros — se burló ella.
Una vez estuve en mi forma de hellhound, lo intenté de nuevo. Era difícil.
Las espadas perforaban mis alas completamente e intentar usarlas era imposible.
Usando mis piernas, traté de arrancar las espadas, pero nada funcionó.
— Estas atrapada, Kas. Y pronto estarás muerta — Kali se burló otra vez.
Continuará...
3° Libro - Capítulo 10 (Parte 1)
Kasadya Hellhound Born
Hola!! Les traigo la segunda parte del 9° capítulo del Libro de Kasadya Hellhound Born, de Karen Swart.
Dejen sus cometarios.
A que no adivinan quién es la rubia.
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Capítulo 9 (Parte 2)
Mis cejas subieron en una pregunta silenciosa. Él le echó un
vistazo al baño y cuando estuvo satisfecho, dibujó un círculo invisible en
frente de su estómago.
¡Oh mi maldita alma!
Melissa vino volando del baño — ¡¿Tú no acabas de haces eso,
verdad?!
¡Oh hombre! Esta cosa
hormonal no era para ella.
Amon presionó su espalda sobre la pared y trató de parecer lo
más inocente que podía.
— ¡Argh! Me voy a casa — Melissa se dio la vuelta y me apuntó —
No te atrevas a terminar así otra vez.
Poof, y ella se había ido. Mi mandíbula colgaba abierta en
shock y confusión. Miré a Amon quien suspiró, asintió hacia nosotros y se teletransportó.
— Santa mierda, ella está loca — se me escapó.
Había olvidado que la habitación aún estaba llena de personas
y todos habían sido testigos de eso.
Ariel riendo, vino a sentarse en la cama.
— ¿Kasadya, qué pasó allá afuera? — sus ojos buscando en los
míos, pero yo miré lejos.
Fijando mi mirada en Chax, traté de pensar en una buena
mentira. No estaba lista para admitir que me había empezado a preocupar por él.
— El príncipe me tenía envuelta en una especie de capsula
invisible. A mi hellhound no le gustó así que… — Chax me frunció el ceño, pero
no le dio voz a su opinión.
— Ya veo. Bueno vamos a darte algo de tiempo para que
descanses. No habrá batallas por hoy — los ojos de Ariel aterrizaron en Chax, quien
tenía su rostro rígido y feroz.
— Okay — respondí, insegura de lo que había ocurrido entre
ellos.
Todos dijeron adiós y se fueron. Chax fue el último en irse.
Cuando alcanzó la puerta, decidí hacer un salto de fe.
— No seré capaz de completar la divinidad a tiempo.
Necesitamos pensar en otra manera de ganar la batalla que se viene. Ballen va a
usar cuatro sacerdotes para abrir la pared — él se detuvo y se giró a mirarme,
un ceño fruncido en su rostro.
— ¿Cómo sabes eso? — él cerró la puerta y esperó por mi
respuesta.
— Cuando quedo inconsciente hay un niño que me muestra la
batalla. Hoy me dijo que no iba a ser capaz de completar la divinidad y que
necesitaba encontrar otra manera — Mi mente viajó de vuelta al sueño.
Estaba buscando por más pistas. Tenía que haber más en el
sueño.
— ¿Cómo sabes que no eres tú creando el sueño? — preguntó
Chax, sentándose en una silla, sus ojos nunca dejaron los míos.
Buena pregunta ¿Cómo
podía saber que ese sueño no era fabricado por mí?
— Cambia, y como hoy, hay diferencias cada vez. El niño está
tratando de ayudarme. Me dijo que mirara el agujero en la pared, así es como sé
la manera en que ellos la romperán. Pero también me dijo que hay otra manera.
Luxuria estaba ahí, y ella le dijo a su hermano que ellos habían tenido suerte.
Que nosotros casi encontramos una manera de vencerlos — él escuchó y no dijo
nada, eso me puso nerviosa.
¿Él estará pensando que
me volví loca?
Me hizo una seña para que continuara.
— Caminé hacia mi cuerpo muerto. En sus manos, ella tenía unas
esperas. Casi como las esperas de red, pero diferentes. Ellas eran claras y
luces brillaban fuera de ellas como Corra — sus cejas se elevaron cuando
mencioné esto.
Él se inclinó hacia adelante y preguntó — ¿Ellas tenían
líquido rojo dentro?
Estaba casi emocionado. Pensé sobre eso, e infiernos si, ellas
lo tenían.
— Si, más café que rojo si soy más precisa.
Él se volvió a inclinar hacia atrás y acarició su barbilla,
pensando.
— Ben me mostró las bombas con las que casi destruyen el
laboratorio la otra noche. Eran las mismas que viste en tu sueño —
confesó.
Wow.
— Entonces nosotros los haremos explotar — declaré con total
naturalidad.
Chax frunció el ceño otra vez, pero asintió.
— Ve a limpiarte y descansa. Hablaré con Ben sobre esto —
respondió, levantándose y dejando la habitación.
La puerta se cerró y estuve sola para pensar sobre todo esto.
Si pudiese volver al sueño, podría tratar de ver si todos tenían las esferas.
Entonces sabría con seguridad que esto iba a funcionar. Mirando hacia abajo
sobre mí misma, me vi cubierta de sangre. ¡Ewww! Necesitaba una ducha y ropa
limpia desesperadamente.
La ducha fue una agonía, mis músculos se hincharon y mis
huesos se debilitaron. Para el momento en el que terminé, el hambre que tenía hizo
que me aventurara bajando las escaleras para conseguir algo de comida. Mientras
pasaba por la sala, vi la luz del sol afuera. Era un hermoso día, los pájaros
estaban cantando y jugando. Mi hambre me demandó que dejara de contemplar la
vista y consiguiera comida ahora mismo, así que continué mi viaje hacia la
cocina.
Agarre el pan, la mantequilla de maní y la jalea, y los uní
haciendo un buen sándwich. Deambulé alrededor de la casa a solas, me encontré a
mí misma parada en la puerta que dirigía al laboratorio. Mire alrededor para
asegurarme de que era la única por aquí y la abrí. Comencé a bajar las pocas
escaleras que llevaban hacia abajo. En el final me detuve, y mi mandíbula cayó
abierta con el sándwich colgando de mis labios.
¡Santa mierda! ¡Mira
este lugar!
Era malditamente grande. Por todas partes donde miraba había
pantallas de computadores y equipos. Baldosas blancas estaban acompañadas por
paredes blancas. La pared occidental estaba cubierta completamente por repisas
llenas de químicos. Dándole esa terrible apariencia de laboratorio.
Caminé por el laboratorio, mirando todas las cosas. Me detuve
en una pantalla de computador y miré el objeto brillando. Era la misma esfera
que yo estaba sosteniendo en el sueño. Pequeñas luces brillaban fuera de ella.
Rotando la pantalla, pude ver cada detalle de la esfera. Acercándome, leí los
detalles en la parte inferior. Era una receta que contenía detalladamente el
análisis de que era lo que tenía adentro y cuanto de cada cosa. Un círculo rojo
marcaba el ingrediente principal: Napalm. Ese era el letal, si lo recordaba
correctamente. Busqué el resto en el laboratorio y encontré un montón de los
otros ingredientes dejados alrededor o mostrados en las pantallas de los
computadores.
Una máquina sonó detrás de mí y salté, cerca de chocar con
otra pieza del equipo. Espiando en el interior a través de la superficie de
cristal de la máquina, miré y encontré un montón del líquido rojo cafesoso del
cual había hablado con Chax. Mis ojos se posaron sobre la etiqueta en la parte
superior. Napalm. Okey, ese sería el momento donde yo debería de retroceder
lentamente y mover mi trasero fuera de aquí.
Con mi suerte, podría golpear algo y boom, todos estaríamos
muertos. Subí las escaleras y cerré la puerta detrás de mí. Caminando hacia la
sala, me dejé caer en el sofá y me recosté mirando el techo. Tenía que pensar
una manera de asegurarme de que estábamos en el camino correcto. ¿Qué pasa si
las esferas no eran la respuesta? ¿Qué tal si me estaba perdiendo algo? Permanecí
ahí, solo pensando sobre todo, cuando mi nombre dicho por alguien me hizo
saltar fuera del sofá.
— Kas, soy yo, Seth — dijo la voz fuera de la ventana.
Me levanté y caminé hacia ella. Abriendo la ventana, encontré
a Seth parado sobre el pasto.
— Hola Seth.
— ¿Estás sola? — preguntó nerviosamente.
Asentí, no entendiendo realmente lo que estaba pasando.
Una sonrisa se extendió por todo su rostro y preguntó — ¿Puedo
mostrarte algo?
Okay, así que él quería
mostrarme algo.
— Encontrémonos en la puerta de entrada — respondí y empecé a
caminar hacia ella cuando estuve lo suficientemente segura de que él estaba
esperándome.
— ¿Qué quieres mostrarme? — pregunté.
Algo sobre esta situación no estaba bien. Podía sentir a mi
hellhound removerse inquieta.
— Vamos — él me ofreció su mano con una sonrisa.
Pero este era Seth. Él fue más que solo un amigo una vez. ¿Qué podría ser tan malo?
Lentamente, puse mi mano sobre la suya y, con una sonrisa, él
nos teletransportó.
Aterrizamos en algo parecido a un sótano. Inmediatamente, fui
atacada y empujada contra el suelo. El dolor se disparó a través de mis hombros
y cuando miré, vi como una espada había atravesado uno de ellos.
La rabia se dispersó a través de mi cuerpo y le di la
bienvenida. Mi mano fue sujetada y me caí al suelo. Luché y traté de sacudir a
mi atacante fuera de mí, mientras mi otra mano era atrapada también. Después de
unos segundos más el dolor se disparó en mí mientras mis manos eran clavadas al
suelo con dos dagas. Respirando fuerte, miré a mí alrededor. En frente mío,
Seth estaba mirando a una mujer rubia. Ella giró su rostro en mi dirección y mi
respiración se atoró en mi garganta.
Oh dios mío, estoy en un
maldito gran problema.
Fin del Capítulo 9